Una querida amiga me envió un mensaje con un enlace. Como cabecera o presentación de dicho comunicado, mi amiga escribió: “La Inquisición ronda mi comarca”.
Entré en el enlace y lo leí con atención.
Un sacerdote joven de 27 años, recién llegado a Beniarrés,
un pequeño municipio de la Comunidad Valenciana, España, situado en el
norte de la provincia de Alicante, con apenas 1271 habitantes, realizó
un cuestionario a sus feligreses basándose en los Diez Mandamientos. Los
motivos de dicho cuestionario solo el cura los sabrá, pues hay
opiniones encontradas, unos dicen que fue con la intención de saber si
sus parroquianos realmente eran o no católicos y otras opiniones apuntan
a su decisión, viendo los resultados de dicho cuestionario, de quién
podrá asistir a la celebración de la Virgen de la Purísima.
Al término de este artículo, pondré el enlace del cuestionario.
Por lo que observo, tanto los habitantes de
Beniarrés, como la mayoría de las personas que están compartiendo esta
noticia, se han echado las manos a la cabeza y están indignadísimos y
denominan a este cuestionario como una medida arbitraria y sectaria.
Inmediatamente contesté a mi amiga en estos términos y mi respuesta fue la inspiración
para escribir este post. Creo que no esperaba esta respuesta por mi
parte, pero espero que haya analizado mis palabras y ahora lea este
artículo, espero que lo haga desapasionadamente ya que es una mujer a la
que considero inteligente y abierta de miras. Como leeréis en mi
respuesta, yo ni me eché las manos a la cabeza, ni me alarmé ni critiqué
las medidas del joven cura.
“Buenos días, niña. Pues mira, lo siento, pero o se
es católico o no se es. El cura está en su pleno derecho de preguntar
si lo eres o no y con este cuestionario él sabe quien lo es de verdad. A
mí eso de que un traficantes de drogas o un pederasta o bien un
proxeneta, encima se las dé de católico apostólico y romano, como que
no. Si eres católico tienes
que estar contra el divorcio, contra el aborto, eutanasia, suicidio
etcétera y si no, no seas un católico de conveniencia y a medio gas. Por
estos motivos yo no lo soy, ni más ni menos. O sea que un católico
confeso, tiene que acatar lo que dice su iglesia, sino, no lo es”.
Creo que una vez más analicé esta noticia con la
mayor objetividad de la que soy capaz y mi análisis me llevó por un
camino que por lo visto no es el de la mayoría.
Vaya por delante antes de narraros mis
divagaciones, el deciros que yo no soy católica, ni creyente de ninguna
fe o religión, veo necesario aclarar este punto.
El catolicismo va en contra de estos conceptos entre otros: El divorcio, el aborto, la eutanasia, el suicidio y la homosexualidad.
El catolicismo aboga por la sumisión de la mujer,
entre otras cuestiones, en mi opinión, arcaicas, pero es la fe católica y
el que la profesa, debe acatar sus directrices.
Se supone que cuando una persona decide adherirse a
tal o cual religión, lo hace llevada por una proximidad de creencias y
pensamientos.
Me parece de un cinismo tremendo que personas que
se denominan así mismas católicas, no vayan a misa y no sigan los dogmas
que establece su religión.
¿Qué pretenden, que se diseñe y elabore una religión a “la carta”?
Esto me va, esto no me va, qué cómodo y que falso.
Cuando hablo con un católico, en su mayoría, si le
ocurre algo bueno, da gracias a Dios todopoderoso. Cuando por el
contrario le acontece alguna desgracia, nunca culpa a Dios, siempre le
excusa. Una vez más, funciona a su conveniencia.
Así es que, amigo católico, sé católico y no te
eches las manos a la cabeza cuando tu iglesia te exige que sigas sus
dogmas y te comportes como eso, como un buen católico.
Resulta que ahora te parece una religión arcaica,
bueno, resulta que cuando tú adoptaste esta fe, la iglesia católica
rechazaba y castigaba exactamente lo mismo que castiga hoy.
Apuesto que la mayoría de las personas que leáis
este artículo, sois católicos de conveniencia y este post os va a sentar
como una patada donde más os duele.
Os invito a que os olvidéis de todo, a que vaciéis
vuestra mente y leáis desde fuera y si no sois personas de mente corta y
de estrechas miras, veréis que lo que he escrito, no es ninguna
burrada, aunque os enfadéis.
Algo que siempre me ha llamado la atención, es que
los católicos de “pacotilla” o “conveniencia”, llamen fanáticos a las
personas que realmente siguen al pie de la letra, los dogmas que dicta
la religión católica, me parece tremendo.
¿Realmente sois católicos o sois personas con miedo?
Miedo a que exista el más allá y si no recibís los
santos sacramentos vuestras almas pululen por el limbo porque no habéis
llegado puros.
¿Quién es el fanático ahora?
Nieves Angulo
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