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martes, 27 de enero de 2009

Confieso


Confieso que no me gustan nada los tiempos que estamos viviendo y sobretodo creo que están durando demasiado.

Me estoy refiriendo a la fiebre del culto al cuerpo.

Eso dice muy poco en favor del ser humano, parece que se quiere llevar a cabo la máxima "hitleriana" (que todo el mundo criticó en su día y que se sigue criticando)de todos altos, ojos azules, rubitos y bien formados.

Si no tienes ese perfil, no entras en una discoteca ni en garitos de moda con "glamour" (¡¡uff que palabra, no por su significado si no por su mal uso).

Así es que la gente se parte el lomo en los gimnasios y se gasta el dinero que no tiene, en botox por aquí y cirugía por allá y ¿que caras!, ¿se mirarán dos veces al espejo? o ya están tan enfermas que desvirtuan lo que ven.

La mayoría de los rostros no tienen rictus, expresión, parecen estar continuamente en estado catatónico o de susto (esos ojos ¡madre mía!!).

¿Qué está pasando?

Desgraciadamente además, cada día se operan personas más jóvenes. ¿Son conscientes los padres cuándo regalan a sus hijas una operación de senos, con apenas 17 años?, ¿son conscientes de que esta jóven sigue desarrollando el pecho durante toda la vida?

Está bien que las personas queramos vernos "guapas" y agradables, lo que no está bien es perder el norte en el intento. Mujeres y hombres que han pasado tanto por el bisturí que no es que parezcan más jóvenes, es que parecen muñecos de cera, caras insulsas, desagradables y sin expresión.

Lo triste de todo esto es que realmente es más peligroso de lo que aparenta, nadie es lo que parece, hay tanta preocupación por el físico que nos estamos olvidando del significado de una mirada,por ejemplo, en una conversación, qué buscamos, ¿ver un rostro bonito o leer en esa cara unos sentimientos?.

Yo soy de las personas que me recreo mirando a los contertulios, no es que esté continuamente mirando, eso sería enfermizo y cansino, pero me encanta estudiar las caras. Es horroroso cuando lo que tienes enfrente de ti, es lo más parecido a "chuki". No lees sus ojos, es imposible, dado que no tienen líneas de expresión.

Todos vamos a envejecer, es una realidad al igual que todos vamos a morir. Luchar de manera permanente contra la naturaleza, me parece una pérdida de tiempo.

Parece mentira que nos gusten los perros de razas feas, arrugaditos, gorditos, que nos atraigan los árboles cuanto más viejos mejor, porque nos gustan sus cicatrices en el tronco, ¿por qué rechazar una cara con arrugas o un cuerpo que no es perfecto? eso es un signo de vida y no hay que avergonzarse de estar vivo.

Es tan hermoso mirar un rostro lleno de expresión, de surcos, cada línea te habla de la vida vivida. Es tan placentero caminar al lado de una persona vieja, con su andar cansino pero sabio.

Hay varios dichos populares, "dentro de 100 años todos calvos", yo tengo otro de cosecha propia, "al final todos con los dientes en el vaso".

Creo que hay otras prioridades en el mundo, pobreza, dolor, humillación, maltratos, guerras sin sentido, niños que mueren por falta de alimento y un largo etc....

He pasado de los 50 años y no me avergüenzo de enseñar mi cara ni mi cuerpo, es lo que hay, es lo que tengo, es más, quiero que me miréis a los ojos y que leáis en ellos lo que he vivido y yo quiero seguir haciendo lo mismo con las personas sentadas cerquita de mi.

N. Angulo

lunes, 19 de enero de 2009

Descansa en paz


Ayer recibí una noticia, que sorprendentemente, me dejó una tristeza infinita en el corazón.
Una persona a la que hubo un tiempo que conocí y aprecié, se suicidó.
Mujer, joven, pero posiblemente con una vida llena de "demonios" que al final la invadieron la mente y el espíritu.
Hablando con mi pareja sobre este tema, no paro de hablar desde que me enteré del suceso, mantengo que no fue un suicidio buscado si no accidental y es que esta mujer tomaba mucha medicación, sigo creyendo que posiblemente hizo una mezcla no del todo "sabia" y se le fue la mano.
Lo poco que conocí a esta mujer me lleva a pensar que si hubiese sido una muerte planificada, se hubiese ido de otro modo, habría dejado una o varias notas, porque ella era melodramática y fría.
No voy a decir ahora la tan traída y llevada frase "que buena era, se mueren los mejores", no, no voy a caer en eso. Tampoco quiero que este post se alargue, solo decir, que para mi sorpresa, me siento triste y un poco perdida y que sobretodo lo que me viene a la cabeza, afortunadamente para mi y mi alma, son las risas que compartimos y los buenísimos momentos, que fueron relativamente pocos pero profundos, lo demás, lo peor, lo malo que se lo lleve ella, a mi, me sobra, lo deshecho, solo quiero en mi vida lo agradable, para poder sobrellevar esta mundo con una ligera pero sincera sonrisa en los labios, así es que deseo que lo pernicioso que hubo en su vida y salpicó a la mía, descanse por siempre con ella, allá donde quiera que haya ido.
R.I.P.
Snow

sábado, 17 de enero de 2009

El odio


El odio es un sentimiento con el que algunas personas nacen y luego alimentan a lo largo de su vida.

Hay otro odio que se genera, que se provoca, que se manipula y se crea. Estoy hablando del odio que nace a partir de una guerra.

Leo en un artículo
, "más de la mitad de los 1,4 millones de habitantes de Gaza son niños". Esos niños probablemente han nacido sin odio, pero la situación vivida en su país, el ver morir a sus padres, a sus familiares a sus vecinos o hermanos mayores, está haciendo que fluya en ellos el odio, odio sobre todo a Israel, un odio que les va creciendo desde el interior y que nace de la incomprensión, ¿por qué la guerra?, ¿por qué a ellos?.
Son niños y por supuesto no saben nada de la ambición ni de lo que contiene el cerebro de los mayores, de qué les mueve a hacer guerras, a crear muerte y destrucción, solo saben que les están cambiando la vida, que tienen miedo, que no duermen, que no comen y empieza la rabia y fluye el odio.

Obviamente, estos niños algún día (si tienen suerte) se harán adultos, y habrá crecido con ellos el odio hacia Israel, pero ese odio se extenderá, también odiarán a los occidentales (americanos, europeos) que no hicieron nada y miraron para otro lado ante tamaña barbarie.
Y entonces occidente se preguntará, ¿por qué hay personas que son capaces de inmolarse llevándose con ellos a miles de semejantes? La respuesta la tenemos ante nuestras narices.

Estos hombres y mujeres de ahora, antes niños, han crecido oyendo bombas caer, han crecido viendo morir a sus seres queridos, han crecido sin comprender y sobretodo han crecido con odio, no tienen nada que perder, se han quedado sin nada, por eso que mejor manera de morir que llevándose unos cuantos por delante y por fin ellos descansar y convencidos de que parten a un mundo mejor.

Intentad convencerles de lo contrario.


Durante años hemos estado oyendo y leyendo en todos los medios de comunicación el atentado contra las Torres Gemelas del S-11, pero quién nos cuenta las guerras pasadas, presentes y por desgracia futuras, todas las aberraciones que hay en el mundo en nombre de la ambición del hombre, las miles de personas inocentes que están cayendo víctimas de estas mentes enfermas que buscan guerras o motivos para provocarlas.

Mi conclusión como observadora de "a pie" es que en Occidente estamos en manos de las grandes fortunas, que son las que mueven los hilos en el mundo, que esas grandes fortunas están en manos de los judíos que tienen secuestrado a los gobiernos de Occidente que miran hacia otro lado, total, no sé, no contesto, y ante esto usamos la filosofia del avestruz, esconder la cabeza debajo del ala.

Me da verdadera vergüenza habitar este planeta tan egoista ante ciertas situaciones.

Pido perdón por todas las guerras habidas en nombre de la religión o de cualquier otra estupidez humana y por las que, por desgracía , hay y vendrán.

N.Angulo

martes, 6 de enero de 2009

Por favor, no se relajen


Llegas al restaurante, has quedado con los amigos, hace tiempo que no les ves y te apetece mogollón hablar, mirarles, compartir, departir, volver a mirar, reír.

Buscas un restaurante que sea acogedor, que se coma bien y a ser posible que no nos deje el resto del mes ¡jodidos! y cuando todo parece que se ha cumplido y que llega una velada de lo más prometedora, aparecen ellos. ¡¡NOOOOO!!!!.

Niños pequeños en el restaurante,¡joder! encima nos sientan al lado y eso que habíamos mirado con lupa donde ir a cenar, como es un día festivo nada de "italianos" ni "chinos", esos se llenan de niños, pues no hemos dado ni una.

Restaurante minimalista, la luz justa, hilo musical suave, los precios bastante bien, no para cenar todos los días (a no ser que tengas un pastón), pero bien.

Nos sentamos, miramos las cartas para pedir, una vez decidido nos traen las bebidas, lo mismo me he pasado tres pueblos -pienso- y soy una neurótica, estamos de maravilla, de pronto buahhhh!!, niño llorando, bueno berreando justo detrás de mi, "me cago en to".

Papá le habla y el niño parece que se relaja, se levanta y se acerca a otra niña ¿su hermana, su prima, su amante? que más da, la coge de la mano y se van hacía la barra, el padre no, el niño y la niña.

Los papás y las mamás miran sonrientes y relajados a sus vástagos. Bueno ya se han comido el postre así es que paciencia que se irán enseguida. PUES NO, piden café y copita, ¡¡vaya!!.

Seguimos cenando y me relajo, todo va bastante bien. CODAZO EN LA ESPALDA, la niña, corriendo por el restaurante, el niño, detrás de ella gritando, papás relajados, como si no fuese con ellos.

Sigo cenando, arroz con bogavante, especialidad del restaurante, vino blanco muy, muy, muy frío, ¡¡gustazo!!. GOLPE EN LA CABEZA A MI AMIGO, la niña otra vez, se para y se ríe, mi amigo y yo nos miramos, encogimiento de hombros, todavía no hemos perdido la paciencia, seguimos degustando.

Pasa un camarero con unos cafés y haciendo "fintas" para sortear a los chavales, ya son cuatro porque se han animado otros niños de otras mesas.

A mi se me empieza a hinchar la vena, gritos, carreras, papás relajadíssssiiiimos.


Me levanto, deposito mi servilleta en la mesa, miradas penetrantes de mis compañeros de mesa, sonrisa resplandeciente por mi parte, me acerco a la mesa de los papás.

- Buenas noches, ¿esos niños son suyos?-(digo amablemente, sin levantar la voz). Miradas inquietantes de los papás, uno me mira y contesta, -si, el niño es mi hijo-. Vuelvo a preguntar amablemente, ¿entonces los niños son suyos, verdad?, respuesta del papá ya un poco mosqueado, - ya la he dicho que si-. Respuesta mia, -bien, puesto que son sus hijos, o sea suyos, pues los aguanta usted, no tenemos los demás que sufrir a sus niños, son suyos, ni míos ni nuestros (señalo a mis amigos), así es que sienten a los niños o vigilenlos que ya nos han dado varias veces, es decir, están molestando.


Una mamá se levanta y grita, -¡oiga, si la molestan se va!!-.La sonrio y la contesto. - No soy yo la que molesto, son ustedes los que han confundido esto con un parque de atracciones, les recuerdo que estamos en un restaurante.

Por fin se acercó a la mesa una señora con un traje negro (monísimo por cierto), nos pidió disculpas a mis amigos y a mi y entregó la cuenta a los “gilipollas” de la mesa de la lado.

Moraleja, si sales con niños, no te relajes ni hagas sobremesa, no estás en un parque y seguro, muy seguro que molestas, pero nadie lo dice. Yo si, no me callo ni debajo del agua .

Seguimos cenando tranquilamente y luego a tomar una copichuela, una buena noche.

N. Angulo

viernes, 2 de enero de 2009

Vivir con Fibromialgia


Fibromialgia, creo que he tenido esta enfermedad siempre, o por lo menos gran parte de mi vida, pero hace relativamente poco que me la diagnosticaron, aproximadamente 12 o 13 años.

Recuerdo que mi madre desde que yo era muy niña, me llevaba al médico y salíamos de la consulta como habíamos entrado, yo con mi dolor y mi madre frustada y sin diagnóstico. Nos decían lo que no tenía o no podía tener, - no, no es reúma, ni artrosis, ni artritis , serán cosas de la niña -.

Posteriormente hablando con personas con la misma enfermedad vimos la similitud entre nuestras historias, nos decían de todo en las consultas del médico, lo más frecuente quizás, era que nos inventábamos los dolores o que queríamos llamar la atención y un largo etc... Salías de la consulta del médico con una impotencia tal, que en esos momentos hubieses hecho cualquier cosa, por ejemplo, partir la cara al médico que te decía estas lindezas.

Me hicieron pruebas, la mayoría muy dolorosas y molestas, recuerdo particularmente una, me acompañaba mi padre, el pobre se salió de la consulta cuando vio que me introducían en los músculos de las piernas unas agujas, como las de calcetar o hacer punto, no pudo aguantar ver mi cara de dolor, imagino que no existía el escaner o la resonancia magnética, o si existían, no hacían estas pruebas por su alto coste, no lo sé.

Así año tras año, hasta que un día, ya de adulta y viviendo en La Coruña, me dio lo que se describe como "brote". La columna vertebral se pone rígida, es tanto el dolor que sientes, que crees que si te mueves, te rompes, fue una mañana y Angel estaba de viaje, así es que salí de la cama arrastrándome, (literalmente), no podía enderezarme y me fui al baño, acojonada, me lavé con una toalla humedecida y llamé por teléfono a Santi (mi querido amigo, te quiero), me vestí como pude y esperé a que llegase, desde el suelo le abrí la puerta y él me terminó de vestir, buscó las llaves de casa y me llevó como pudo al ascensor, no quiero dramatizar, solo explicar hasta dónde llegaba el dolor, también como pudo me metió en su coche, necesitó la ayuda de Amadeo que tenía una clínica de "fisio" en el portal de al lado. Siguiente parada, urgencias del hospital Juan Canalejo de La Coruña y allí una vez más, sin diagnóstico, me dijeron que tenía un ataque de lumbalgia muy fuerte y me pusieron una inyección de Nolotil y me mandaron a casa, - llame a su médico de cabecera para que vaya a verla y la recete antiinflamatorios y esperar que se pase - me dijeron.

Así hice, cuando me pude enderezar, pasada casi una semana, fuí a la consulta de mi médico de familia, me escuchó y me mandó hacer una serie de pruebas, ver a especialistas porque sospechaba,
me dijo, que podía tratarse de Fibromialgia.

Ahí empezó un nuevo peregrinaje, visitas a, reumatólogos, traumatólogos, psiquiatras y finalmente, tras muchos meses de cansancio, dolor e impotencia, se me diagnosticó esta enfermedad, Fibromialgia, más bien lo hicieron por descarte, ya que, esta enfermedad sigue siendo una gran desconocida, se cree que va muy unida a algún trauma sufrido a lo largo de la vida, largas enfermedades, accidentes etc..., también a padecer depresión crónica, (la tengo diagnosticada hace muchos años).

Y aquí estoy, muchos años después, con mis dolores, mis días malos y los peores, con un diagnóstico que consuela poco o nada, porque de nada sirve dar un nombre a algo que te dicen que no tiene cura, que te morirás con dicha enfermedad, pero que la enfermedad en si, no acabará con tu vida, tomando medicinas a diestro y siniestro que ensordecen el dolor y la mayoría de las veces te dejan dopada por la mezcla química.

Lo que peor llevo de la Fibromialgia, a parte del dolor, es el tener que acostumbrarte a vivir con ella, cambiar hábitos, ser consciente de tus limitaciones. No se pueden hacer planes, casi, casi, hay que improvisar, a veces quedas con amigos para salir o planificas cosas que luego tienes que desplanificar, pero es lo que hay, te acostumbras a vivir el día a día y aprovecharlo al máximo.

También es doloroso no poder abrazar a tu pareja, bueno más bien, que no te pueda abrazar a ti, en la cama por ejemplo, duele que te ponga un brazo en la cadera, en el hombro, duele que te ponga una pierna, duele hasta un leve roce...duele.

No escribo empujada por el
victimismo, o para despertar la compasión de nadie, simplemente hoy necesitaba escribir sobre ello.


Y por favor profesionales, seguid investigando sobre esta enfermedad y tened paciencia cuando acudamos a vuestra consulta a por medicinas y por qué no, a por un poquito de consuelo.

N. Angulo

Lectores del blog de Nieves