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sábado, 17 de julio de 2010

FAMILIA


Sé que muchos de vosotros cuando leáis esto me llamaréis de todo menos bonita, pero es lo que hay y es lo que siento y hasta ahora no he encontrado motivos que me lleven a cambiar de opinión.

La familia nos ha sido impuesta naturalmente, no la hemos elegido como elegimos amigos, carrera, pasatiempos, etc…


Durante años hemos aguantado a la familia cosas que no hubiésemos aguantado a nadie, malas caras, desprecios, mentiras y todo por qué, ¿por qué es nuestra familia, por qué nos une la sangre? la sangre se renueva continuamente.

Es más, voy más lejos, estoy convencida que de no ser familia, posiblemente, no se contarían entre nuestras amistades porque seguramente no tenemos absolutamente nada en común para que nos una el lazo de la amistad, de la camaradería, en fin, ningún lazo, solamente ese, el lazo de la obligación, el lazo familiar.


Estos días que son tan hipócritamente familiares, amistosos y solidarios, que te obligan a hacer de tripas corazón y quedar con la familia, ¡joder! cuantos disgustos nos acarrean estas decisiones que toman por nosotros y es porque somos incapaces de ser sinceros y decir de una puñetera vez, ¡no quiero estar con vosotros, no quiero hacer el paripé, no quiero reír vuestras gilipolleces y sobretodo no quiero que me salga una parálisis facial por tener permanentemente una sonrisa que no siento ningunas ganas de tener!, en ¿nombre de qué o de quién?

En mi caso cuento con cinco hermanos y como no quiero entrar en intimidades solo os diré que me llevo medianamente bien con uno de ellos y os puedo asegurar que hasta eso me conlleva un gran esfuerzo, como he escrito anteriormente, morderme la lengua, aguantar insensateces y unas cuantas cosas más, todo por llevarnos bien.


Con mi hermana mayor llevo al menos más de media vida intentando llevarme bien o por lo menos tener una relación cómoda, lo he conseguido por temporadas, pero he pagado un precio muy alto y es perder parte de mi personalidad, de dar mi brazo a torcer, de pedir perdón cuando me lo tenían que pedir a mi porque he sido yo la ofendida y engañada.


Con mis otros dos hermanos más de lo mismo, con una tengo una relación cordial porque no nos vemos a menudo y es superficial, con el otro hermano llevo años si relacionarme.


Todo tiene un tiempo y todos llegamos a una edad o llegaremos, en que te dices, “ hasta aquí he llegado, no disimulo más, no aguanto más”.

Yo he llegado a ese momento a esta edad (hace ya unos años y estoy en el plan de que ya no paso ni una), de que ya no pido perdón cuando no tengo que pedirlo y de aguantar a personas soberbias porque yo no lo soy y estas personas abusan de esa circunstancia.

¿Quién de vosotros durante años no ha tenido que aguantar que le increpen, que le contradigan, que le nieguen lo evidente en nombre del derecho familiar?

Pues yo por fin me he liberado, he soltado amarras y os puedo asegurar que soy feliz, que estoy estable que me quiero y me reconozco y sobretodo que sé con seguridad lo que es verdad y lo que es una falsedad más en nombre de la sociedad.


Vivo en sociedad, pero vivo a mi modo, respeto, pero pido al menos el mismo respeto y además he dejado de actuar, porque si quiero seguir actuando haré la carrera de actriz y por lo menos me pagarán por ello.
¡Liberaros amigos míos, lectores míos!, sed vosotros mismos y que nadie viva la vida por vosotros, esta vida es lo suficientemente corta y hermosa para que merezca la pena vivirla a vuestro modo y manera.

Por la libertad del ser humano y la libre elección.


Porque sepamos librarnos de cadenas invisibles y amargas que solo nos conducen al mal humor y la confusión.


Por ser yo misma, nosotros mismos y vosotros mismos.


N. Angulo

2 comentarios:

  1. Muy interesante lo que decís, llega una edad que uno dice basta a muchas cosas. Un abrazo Neli ♥

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  2. YO TENGO DOS HERMANAS Y NOS LLEVAMOS DE MARAVILLA, LO CUAL NO ES ÓBICE PARA ASEVERAR LO QUE SIEMPRE DIGO: "A LOS PERIENTES SE LOS SOPORTA, PERO A LOS AMIGOS LOS ELEGIMOS"

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