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miércoles, 6 de octubre de 2010
No debo ser yo
No debo ser yo la que no duerme.
No debo ser yo la que tiemblo…y tiemblo.
No debo ser yo la que tengo que huir.
No debo ser yo la que tengo que abandonar mi casa…ni a mi familia…ni mi entorno.
No debo ser yo la que tiene tanto terror, que mira para todos lados al salir a la calle.
No debo ser yo la que me quedo en casa por ese mismo miedo.
No debo ser yo la que lleve una pulserita ni ningún otro artilugio encima de mi cuerpo.
No debo ser yo la que se sobresalta al escuchar una voz detrás de mí.
No debo ser yo la que traspase ese temor a mis hijos.
No debo ser yo la que grita cuando suena el teléfono o el timbre de la puerta.
He olvidado el último día que reí hasta las lágrimas, porque esa era mi manera de reír, abierta, única y espontánea.
Tampoco recuerdo cuando fue la última vez que salí a divertirme con mis hijos o con mis amigos.
Ni cuando el espejo del baño me empezó a mostrar mis ojos llenos de espanto y tristeza.
Es él quien debe llevar un chip subcutáneo para estar controlado continuamente por la policía.
Quien debe irse lejos, muy lejos.
A él es, al que tiene que obligar la justicia a cumplir la orden de alejamiento.
Y no debería ir al cine, ni reír, ni salir con amigos, ni ser feliz.
Y al mirarse en el espejo, espantarse de su propia mirada de sus ojos de maltratador.
Porque es él, el que un día me juró amor y al que creí.
Le perdoné la primera bofetada, le justifiqué y procuré ser mejor persona y no enfadarle.
La segunda vez no fue una bofetada, fueron varias y empujones y una patada, es decir, fue una paliza en toda regla.
…Pero le amaba y él a mí también, era un escarmiento, una manera de decirme que me quería y yo debería cambiar, ser mejor esposa.
La tercera vez, me asusté mucho, ya no le justifiqué, ya veía frente a mí al maltratador, al canalla y me fui de casa, se lo conté a mamá y ella me convenció para que volviese con él, me dijo que era cosa de hombres y tenía que aguantar.
Un día entre lágrimas y terror le dejé, ya no le quería, ya no le amaba desde no recuerdo cuando, solo le temía.
Os hablo de él, de mi maltratador y si la justicia no lo remedia y toma cartas serías en el asunto…de mi asesino.
Nieves Angulo
lunes, 4 de octubre de 2010
Moneda de Cambio
Un
hijo no es moneda de cambio.
Tener
hijos es una decisión, no una obligación.
Como
decisión tan importante que es, hay que meditarla y mucho.
No
se deben tener hijos a la ligera, no forma parte de una espiral ni de una
cadena: noviazgo, matrimonio, casa, coche e hijos.
Los
hijos no salen de la nada, no los envía nadie al mundo, hay que concebirles con
todo lo que esto conlleva.
No
se deben tener por el simple hecho de perpetuar un apellido o por probar de qué
va esto de “parir”.
Los
hijos deben ser deseados y anhelados por y con amor, punto.
---0---
Me
produce nauseas cuando tengo conocimiento de noticias como esta.
“Un
bebé hallado quemado en el interior de un coche”. El bebé, de 14 meses, estaba
en la silla de seguridad dentro del vehículo. El cuerpo calcinado del bebé fue
localizado a última hora de la tarde del sábado y desde el primer momento se
consideró que el autor podría ser su padre, que había llamado a su mujer para
decirle que no volvería a ver a su hijo.
De
hecho, el coche incendiado fue localizado poco después de que la mujer
denunciase el caso ante la Guardia Civil de Betanzos (La Coruña).
En
el vehículo se encontraba el cuerpo del niño, de 14 meses, sujeto por los
correajes de su silla y, en las cercanías, el padre con quemaduras graves.
---0---
Estos
depravados y hablo de parricidas de ambos sexos, aunque en el caso que nos
ocupa haya sido un hombre, irán a la cárcel.
Si
cuentan con un buen abogado defensor, que entre otros alegatos se cuente este:
“Mi
cliente padeció de enajenación transitoria”.
Estos
criminales saldrán en libertad lo suficientemente jóvenes como para engendrar
más criaturas.
PERO SUS HIJOS NO VOLVERAN.
El
amor es cristalino y no entiende de egoísmos ni de manipulaciones y un hijo,
nunca, nunca, debe ser moneda de cambio en negociaciones entre adultos.
Si
no sois capaces de ver, de sentir el amor, si no sois capaces de darlo y
recibirlo como es; Sano, reconfortante, tonificante, altruista….
…al
menos ¡NO TENGAIS HIJOS!!!
Nieves
Angulo
viernes, 1 de octubre de 2010
Hablemos de los empleados
Desde
que tengo uso de razón y según voy cumpliendo años, intento ser cada vez más
objetiva, más imparcial e independiente, tanto en mi vida cotidiana como en mis
escritos o reflexiones y siguiendo estas pautas hoy quiero hablar de los empleados
por cuenta ajena.
Siempre
se habla de los empresarios y la mayoría de las veces mal, muy mal.
Pues
mi post de hoy va a ir de algunos empleados y voy a hablar de ellos mal, muy
mal.
Hay
empleados que:
Llegan
tarde a trabajar y después que sus jefes y se marchan antes.
Se
cogen bajas injustificadas por enfermedad.
Juegan
al solitario u otros juegos on-line en el ordenador, en horas de trabajo.
Si
su trabajo lo realizan en la calle, la labor que podían hacer en una hora, la
extienden horas y horas, porque aprovechan la ventaja que les da la calle,
para; hacer compras, tomarse una/unas cervezas en el bar e incluso hacen
gestiones propias y privadas que no tienen nada que ver con su trabajo.
Luego
están los empleados “multiusos” como los denomino yo, normalmente su puesto es
de administrativo y llenan su mesa de trabajo de papeles, documentos y cosas
mil, para parecer que está liadísimo, también sube, baja, va, viene, como un
torbellino, pero cuando termina la jornada laboral y te paras a pensar y
repasar, ves que esta persona realmente no ha hecho nada o muy poco ¿quién no
conoce a alguien así en su empresa?
Trabajadores
que hacen llamadas de teléfono privadas y como digo en horario laboral.
¿Quién
no ha pasado por una obra de construcción y ha visto trabajando a un obrero y
mirándole o rascándose la barriga a tres?
¿Quién
no ha visto a transportistas tratando mal los envíos de paquetes o embalando
deplorablemente objetos, con los efectos secundarios que eso conlleva?...
materiales delicados rotos o dañados y por supuesto los gastos generados porque
esa falta de cuidado y profesionalidad, lo tendrá que pagar “alguien”.
Podría
seguir hablando de empleados por cuenta ajena caraduras, pero creo que os habréis
hecho una idea bastante clara de la cuestión.
Gracias
a estos empleados tan especiales España se encuentra a la cola de los índices
de productividad empresarial, por lo tanto, el capital inversor extranjero, se
lo piensa muy mucho antes de dar un paso en este sentido, o sea invertir en
nuestro país.
También
existen, los empleados que se niegan a ser formados dentro de los Programas
Formativos establecidos, tales como Formación Continua y Formación Bonificada
que por cierto, es el “malvado” del empresario el que paga la mayor parte de
estos programas, dentro de las cuotas de la Seguridad Social… sí o sí.
(Aconsejo encarecidamente que miréis con detenimiento vuestras nóminas y no os
limitéis a firmar sin más)
A
estos empleados, a estos parásitos, les paga el salario, las vacaciones, parte
de su Seguridad Social, bajas por enfermedad, llamadas privadas de teléfono,
etc… “el cabrón del jefe” y en muchos casos, este jefe es un pequeño
empresario, que va apretadísimo a final de mes, gana lo justo para sobrevivir y
no cerrar la empresa para dejar a sus empleados en la puñetera calle.
Desde
luego releyendo esta reflexión, llego a la conclusión de qué buenos son los
empleados y qué malos los empresarios.
Nieves
Angulo
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