Desde
que tengo uso de razón y según voy cumpliendo años, intento ser cada vez más
objetiva, más imparcial e independiente, tanto en mi vida cotidiana como en mis
escritos o reflexiones y siguiendo estas pautas hoy quiero hablar de los empleados
por cuenta ajena.
Siempre
se habla de los empresarios y la mayoría de las veces mal, muy mal.
Pues
mi post de hoy va a ir de algunos empleados y voy a hablar de ellos mal, muy
mal.
Hay
empleados que:
Llegan
tarde a trabajar y después que sus jefes y se marchan antes.
Se
cogen bajas injustificadas por enfermedad.
Juegan
al solitario u otros juegos on-line en el ordenador, en horas de trabajo.
Si
su trabajo lo realizan en la calle, la labor que podían hacer en una hora, la
extienden horas y horas, porque aprovechan la ventaja que les da la calle,
para; hacer compras, tomarse una/unas cervezas en el bar e incluso hacen
gestiones propias y privadas que no tienen nada que ver con su trabajo.
Luego
están los empleados “multiusos” como los denomino yo, normalmente su puesto es
de administrativo y llenan su mesa de trabajo de papeles, documentos y cosas
mil, para parecer que está liadísimo, también sube, baja, va, viene, como un
torbellino, pero cuando termina la jornada laboral y te paras a pensar y
repasar, ves que esta persona realmente no ha hecho nada o muy poco ¿quién no
conoce a alguien así en su empresa?
Trabajadores
que hacen llamadas de teléfono privadas y como digo en horario laboral.
¿Quién
no ha pasado por una obra de construcción y ha visto trabajando a un obrero y
mirándole o rascándose la barriga a tres?
¿Quién
no ha visto a transportistas tratando mal los envíos de paquetes o embalando
deplorablemente objetos, con los efectos secundarios que eso conlleva?...
materiales delicados rotos o dañados y por supuesto los gastos generados porque
esa falta de cuidado y profesionalidad, lo tendrá que pagar “alguien”.
Podría
seguir hablando de empleados por cuenta ajena caraduras, pero creo que os habréis
hecho una idea bastante clara de la cuestión.
Gracias
a estos empleados tan especiales España se encuentra a la cola de los índices
de productividad empresarial, por lo tanto, el capital inversor extranjero, se
lo piensa muy mucho antes de dar un paso en este sentido, o sea invertir en
nuestro país.
También
existen, los empleados que se niegan a ser formados dentro de los Programas
Formativos establecidos, tales como Formación Continua y Formación Bonificada
que por cierto, es el “malvado” del empresario el que paga la mayor parte de
estos programas, dentro de las cuotas de la Seguridad Social… sí o sí.
(Aconsejo encarecidamente que miréis con detenimiento vuestras nóminas y no os
limitéis a firmar sin más)
A
estos empleados, a estos parásitos, les paga el salario, las vacaciones, parte
de su Seguridad Social, bajas por enfermedad, llamadas privadas de teléfono,
etc… “el cabrón del jefe” y en muchos casos, este jefe es un pequeño
empresario, que va apretadísimo a final de mes, gana lo justo para sobrevivir y
no cerrar la empresa para dejar a sus empleados en la puñetera calle.
Desde
luego releyendo esta reflexión, llego a la conclusión de qué buenos son los
empleados y qué malos los empresarios.
Nieves
Angulo
No hay comentarios:
Publicar un comentario