Una
ciudad dice mucho de sus habitantes, de
su cultura y educación o bien de la falta de esos valores.
En
un lateral de mi bloque está el Barranco de las ovejas que terminaron de sanear
y reconstruir el año pasado y estuvieron con él ni se sabe el tiempo.
En
ambos lados del barranco hay unas balaustradas
de contención en piedra y
encima unas losas de la suficiente
anchura para que muchas personas se sienten.
Ahora
mismo están reponiendo parte de estas losas que los ciudadanos ven a bien robar
o destrozar, sin tener en cuenta, o si lo tienen en cuenta no les importa, que
los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos su manutención, reposición y/o
arreglo.
Mientras
duraron las obras, muchos vecinos tiraban al agua del todo, sofás, sí, sofás,
basura diversa y un largo etcétera.
Ahora
que está terminado, en las fiestas de San Juan, los que tiran petardos, los
explosionan en el agua, sin tener en cuenta a los peces que habitan allí y no
son niños, también hay adultos haciendo esta atrocidad.
Construyeron
un bonito puente y muchos vecinos se llevaron los cristales de colores y otros
hicieron gala de su vandalismo al pintarrajear dicho puente.
Mientras
parte del dinero va a estos arreglos que se podían evitar sino hubiese
ciudadanos sin conciencia, a lo mejor este dinero podría emplearse en comedores
o viviendas sociales, por ejemplo.
También enfrente de casa tengo una pequeña playa. Para acceder a ella hay que cruzar un puente de hierro y madera. Lo fabricaron hace pocos años en vista de que los vecinos se jugaban la vida cruzando las vías del tren. Buena idea el hacer un puente y mala idea que algunos vecinos se estén llevando las tablas de madera tanto de las barandas como del piso del puente, también los hay que las prenden para hacer alguna fogata nocturna. Las papeleras a veces están vacías, mientras que la arena de la playa está llena de suciedad. Os podéis imaginar que a esa playa no voy aunque la tenga al lado de casa. A veces voy en otoño cuando ya no va gente y paseo pero sin meterme en el agua y desde luego bien calzada.
Hay varios parques cercanos a mi barrio, uno de hecho está justo debajo de mi casa. Otro parque está a la izquierda y hay que caminar para acceder a él, cosa que se evitaría con otro puente para peatones. Pero no es del acceso de lo que quiero tratar, sino del propio parque. Hay un pequeño estanque con peces de colores. Una mañana de domingo, paseando con mi pareja, veo con estupor que un niño y su padre tenían unas pequeñas redes con mango o reteles y andaban a la pesca de los peces. Nos quedamos asombrados. O sea, que papá estaba enseñando al niño a robar unos peces de un estanque público. Al rato los vimos salir del parque muy satisfechos y sonrientes, con varios de estos pececillos metidos en una bolsa. Qué bien, pensé, subvencionamos el acuario de este señor y su hijo.
También enfrente de casa tengo una pequeña playa. Para acceder a ella hay que cruzar un puente de hierro y madera. Lo fabricaron hace pocos años en vista de que los vecinos se jugaban la vida cruzando las vías del tren. Buena idea el hacer un puente y mala idea que algunos vecinos se estén llevando las tablas de madera tanto de las barandas como del piso del puente, también los hay que las prenden para hacer alguna fogata nocturna. Las papeleras a veces están vacías, mientras que la arena de la playa está llena de suciedad. Os podéis imaginar que a esa playa no voy aunque la tenga al lado de casa. A veces voy en otoño cuando ya no va gente y paseo pero sin meterme en el agua y desde luego bien calzada.
Hay varios parques cercanos a mi barrio, uno de hecho está justo debajo de mi casa. Otro parque está a la izquierda y hay que caminar para acceder a él, cosa que se evitaría con otro puente para peatones. Pero no es del acceso de lo que quiero tratar, sino del propio parque. Hay un pequeño estanque con peces de colores. Una mañana de domingo, paseando con mi pareja, veo con estupor que un niño y su padre tenían unas pequeñas redes con mango o reteles y andaban a la pesca de los peces. Nos quedamos asombrados. O sea, que papá estaba enseñando al niño a robar unos peces de un estanque público. Al rato los vimos salir del parque muy satisfechos y sonrientes, con varios de estos pececillos metidos en una bolsa. Qué bien, pensé, subvencionamos el acuario de este señor y su hijo.
La
ciudad donde vivo desde hace años, lamentablemente y siento si ofendo a los
autóctonos, es una ciudad sucia.
Diariamente veo como la gente tira al suelo todo tipo de basura, chicles, cáscaras de pipas, mondas de frutas, pañuelos de papel y un largo etcétera. Por no hablar de las heces de los perros que muchos no recogen y los peatones tenemos que andar sorteando para no pisarlas. Los bordes de los portales huelen a orines que da repugnancia, sobre todo en verano. Por cierto y hablando de perros; siempre me he preguntado por qué los gatos hacen sus necesidades en las casas y los perros no.
Los perros son mascotas y tienen dueños, creo honradamente que no tenemos que soportar los que no tenemos mascotas, olores, heces y un largo etcétera, creo también que los propietarios deberían tener unos cubículos y acostumbrar a sus perros a defecar y orinar en ellos, como hacen los gatos o bien ponerles unos pañales. No os asombréis, ya hay muchos países que obligan a los dueños a poner a sus mascotas pañales y se venden en muchas tiendas. ¿Por qué en vez de enseñarles a no mear ni defecar en sus casas, les enseñan a no hacerlo en las calles? Una ciudad no es un váter para perros, o sea, para que los dueños de los perros tengan sus casas impecables, el resto de ciudadanos tenemos que tolerar olores y heces en las calles, no lo entiendo, francamente.
En muchas de las playas alicantinas retiraron las duchas y las cambiaron por limpiapiés en vista de que muchos ciudadanos aprovechaban las duchas para llevarse gel y champú e higienizarse allí en vez de hacerlo en sus casas. Al final y como siempre, pagamos justos por pecadores.
Omitiré adrede la contaminación acústica, porque daría para otro post. El alicantino es ruidoso por naturaleza.
Creo que España en general, no ganaría un concurso de higiene y esto, como ya he escrito al principio de este post, dice mucho en cuanto al civismo de sus habitantes.
Como siempre, generalizo, habrá gente muy cívica, pero no es lo que muestra este país.
Diariamente veo como la gente tira al suelo todo tipo de basura, chicles, cáscaras de pipas, mondas de frutas, pañuelos de papel y un largo etcétera. Por no hablar de las heces de los perros que muchos no recogen y los peatones tenemos que andar sorteando para no pisarlas. Los bordes de los portales huelen a orines que da repugnancia, sobre todo en verano. Por cierto y hablando de perros; siempre me he preguntado por qué los gatos hacen sus necesidades en las casas y los perros no.
Los perros son mascotas y tienen dueños, creo honradamente que no tenemos que soportar los que no tenemos mascotas, olores, heces y un largo etcétera, creo también que los propietarios deberían tener unos cubículos y acostumbrar a sus perros a defecar y orinar en ellos, como hacen los gatos o bien ponerles unos pañales. No os asombréis, ya hay muchos países que obligan a los dueños a poner a sus mascotas pañales y se venden en muchas tiendas. ¿Por qué en vez de enseñarles a no mear ni defecar en sus casas, les enseñan a no hacerlo en las calles? Una ciudad no es un váter para perros, o sea, para que los dueños de los perros tengan sus casas impecables, el resto de ciudadanos tenemos que tolerar olores y heces en las calles, no lo entiendo, francamente.
En muchas de las playas alicantinas retiraron las duchas y las cambiaron por limpiapiés en vista de que muchos ciudadanos aprovechaban las duchas para llevarse gel y champú e higienizarse allí en vez de hacerlo en sus casas. Al final y como siempre, pagamos justos por pecadores.
Omitiré adrede la contaminación acústica, porque daría para otro post. El alicantino es ruidoso por naturaleza.
Creo que España en general, no ganaría un concurso de higiene y esto, como ya he escrito al principio de este post, dice mucho en cuanto al civismo de sus habitantes.
Como siempre, generalizo, habrá gente muy cívica, pero no es lo que muestra este país.