Todos los años
por estas fechas denuncio a través de las redes sociales, de mis propios blog y
web, el desperdicio de tomates que se lleva a cabo en la fiesta de la tomatina
en Buñol; festejo este que dio lugar a una supuesta "tradición
popular" de escaso interés cultural.
Buñol pertenece a Valencia, una de las regiones más
afectada por la sequía y sobre todo en verano donde hay muchos pueblos con
escasez de agua.
Unos dicen que se emplean tomates no aptos para
consumo. Me da la risa; todos los tomates son actos para consumo a no ser que
estén podridos y por supuesto los tomates empleados en la tomatina no estás
estropeados, ni mucho menos.
Los tomates más maduros para hacer salsa de tomate,
gazpachos, sofritos, sopas y un largo etcétera y los más enteros para
ensaladas, por ejemplo.
De media se desperdician unas 150 toneladas detomates que luego hay que limpiar con agua (miles de litros), ese bien tan
escaso por esos lares.
¿Cuántas personas podrían alimentarse con estos
tomates que se van por las cloacas?
¿Cuántas entidades como cualquier comedor social,
despachos sociales de alimentos, Cáritas o Cruz Roja podrían repartir entre los
más desfavorecidos estos tomates?
Amigos, con este festejo y unos cuantos vergonzantes
más, pongo en duda que España sea considerado un país del Primer Mundo.
Toda mi repulsa hacia este tipo de celebraciones
donde se malgastan, derrochan y desaprovechan alimentos o se maltratan
animales.
No en nombre de la cultura, no en mi nombre.
Nieves Angulo ©