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martes, 16 de febrero de 2010
ERASE UNA VEZ
Un señor que vivía en una casa no muy grande, pero era luminosa y alegre y con muchas posibilidades.
Al poco tiempo de vivir en ella la casa empezó a acumular suciedad y él no limpiaba, solo recogía un poco de suciedad de un sitio y la dejaba en otro.
Año tras año hizo lo mismo y la casa estaba irreconocible, como no limpiaba iba acumulando mierda y más mierda.
Se negaba a reconocer que no sabía limpiar y como no limpió bien desde el principio de habitar la casa, se fue convirtiendo en un caos y él siguió acumulando mierda y entonces empezaron a invadir la casa todo tipo de bichos, hormigas, cucarachas, ratas y él se acostumbró a vivir rodeado de esa mierda.
Los vecinos se empezaron a quejar de los olores que salían de la casa y además ahora tenían un problemón y es que le tocaba al dichoso vecino ser presidente de la comunidad.
El señor que no sabía limpiar y no limpiaba, aceptó gustoso el cargo de presidente de la comunidad y empezó a mandar y ordenar cambios; música en el ascensor, pintar y limpiar el garaje, redecorar el portal y no contento con esto, empezó a meterse en casa de los demás vecinos a decirles como limpiar sus casas.
Los vecinos hartos de este inepto, hicieron consenso y le hicieron dimitir de presidente de la comunidad, no sin antes advertirle que limpiase, decorase, fumigase su casa y que cuando la tuviese en condiciones, quizás, solo quizás le dejarían presidir de nuevo la comunidad.
MORALEJA: No aceptes trabajos que te vienen grandes, zapatero a tus zapatos.
Snow
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Más claro, el caldo de un asilo de los de la época de Franco. ZaPatero a tus zapatos.
ResponderEliminarEs buena la metáfora, pero ya es tarde. Este ZaPatero sigue con la casa llena de mierda y jodiendo en la Comunidad. Aunque allí no le hacen el menor caso, menos mal.