Mis hijos y nietos saben que siempre he sentido la necesidad de escribir, por supuesto no tengo ni la formación ni la fluidez de un escritor, pero como ya he dicho es una necesidad, escribo para mi y para los míos.
Un día hablaba con mi familia de la desvergüenza y de las mentiras que se han contado en este país sobre su historia reciente, de mi indignación no solo por las mentiras si no por las omisiones y ellos me animaron para escribir este “post”, ¿se dice así?
Quiero contar la historia de este País como yo la viví y las decepciones que sufrí junto a muchos de mi generación cuando llegó la democracia.
En mi casa siempre fuimos de izquierdas y además republicanos y en ese ambiente me crié hasta que empezó la guerra civil en 1936, yo entonces tenía 11 años recién cumplidos y estaba estudiando en un colegio público.
Voy a saltarme el episodio de la guerra. Solo decir que si las guerras son tristes e innecesarias una Guerra Civil lo es más. Quiero escribir de los tiempos de la dictadura y posteriores.
Los años de la dictadura fueron largos e interminables y como ocurre en todas las dictaduras, España fue perdiendo “el tren del progreso” se fue quedando detrás de otros países europeos, de hecho no se nos consideraba europeos en el resto del mundo, en EEUU, por ejemplo, se pensaban que España era México o que estaba cerca, habiendo sido uno de los países más progresistas a finales del siglo XIX y principios del siglo XX (consultar en los libros de historia).
Se vivieron persecuciones sin respiro que sufrimos las personas de izquierdas y todo aquél que no juraba los Principios Fundamentales del Movimiento, también todo aquél que por su comportamiento y condición era diferente, pobres homosexuales, cuantas humillaciones, cuantos castigos y algunas muertes, que tristeza me invade al recordar.
En tiempos dictatoriales poco o nada pudimos hacer por alcanzar la tan ansiada libertad, aunque la juventud y los trabajadores salían a la calle y se manifestaban no se consiguió absolutamente nada como no fuesen persecuciones policiales, palizas, encarcelamientos, tortura y muerte. Totalizando 150.000 personas desaparecidas o fusiladas en la postguerra.
Lo que quiero contar como republicana que sigo siendo, es cómo llegó la monarquía a España y lo decepcionada que me sentí en los años que precedieron a la democracia, poco o nada se ha dicho sobre este tema y si hay documentación está a buen recaudo, se cuentan medias verdades y se omite mucha información, pero los que tenemos unos años y todavía memoria debemos contar las cosas como fueron.
El dictador decía mucho una frase en sus discursos “Españoles, no os preocupéis cuando muera dejaré todo atado y bien atado”. Y desde luego así lo hizo, nos implantó la Monarquía, una Monarquía Franquista. Así de paso satisfacía a los partidarios del régimen que querían su prolongación más allá de la muerte del dictador.
En 1966 las Cortes españolas aprobaron la Ley Orgánica del Estado, ordenamiento institucional que fue corroborado por el Referéndum celebrado el 14 de diciembre. Un Referéndum en la Dictadura, de risa. ¿Quién se atrevería a decir NO?
El 10 de Julio de 1969 Franco llamó a Juan Carlos para proponerle como Príncipe de España y su sucesor como Jefe del Estado, lo cual acontecería el día 22 de ese mismo mes en sesión extraordinaria de las Cortes y por supuesto Juan Carlos JURO LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL MOVIMIENTO.
La continuación es por todos sabida. Cuando murió el dictador en 1975, no solo no renunció Juan Carlos a la Corona, sino que se creó una Constitución a su imagen y semejanza para asegurar una monarquía absoluta y longeva que llaman parlamentaria. Eso sí, hubo un referéndum en el 1976 con una gran abstención para que el pueblo español decidiera sobre la Ley para la Reforma Política. Referéndum que nadie explicó y que con el miedo que aún teníamos todos dio un resultado conveniente para la clase política del momento. Y más de lo mismo, en 1978 referéndum para la Constitución con una población analfabeta muy superior a la media europea del momento y que no sabía ni lo que votaba por no haber leído un solo párrafo del citado texto.
Respetaría a la Corona y a los políticos que se han ido sucediendo desde entonces en el liderazgo de este país si hubiesen destituido a la monarquía y posteriormente convocado elecciones.
El dictador cumplió su palabra, dejó en este país a sus vástagos con las riquezas que habían acumulado, robando y expoliando durante toda la dictadura y también a su sucesor Juan Carlos.
Esto lo escribo especialmente para los jóvenes con la edad de mis nietos, porque ellos han heredado una democracia con corona y no muy democráticamente, si no una vez más, bajo un dedo dictatorial, el de Franco.
Por otro lado para los que no lo sabéis o para los que miran hacia otro lado, os recordaré, que Juan Carlos llegó a España tras un largo exilio de los Borbones en Portugal e Italia, donde nació, y que vino con una mano delante y otra detrás, como se dice popularmente para referirte a los pobres, es decir, toda su preparación académica y formación militar se costeó con las arcas españolas y todo lo que tienen en la actualidad se lo deben a los impuestos que pagamos religiosamente los españoles, a regalos que reciben, que admiten sin ningún rubor, etc…y nadie se lleva las manos a la cabeza.
Eso es lo que yo viví y esto es lo seguimos viviendo.
Moraleja: Hay que mantener a una Familia Real que nadie pidió que regresase del exilio, a todos sus descendientes que no paran de aumentar las familias y todos tan felices, total parece que nos sobra el dinero, pero eso si, con buen “talante” que más da si son muy “campechanos”. Y lo que más me preocupa es que, como antaño, las Leyes de este País las firmas y ratifica un militar.
Snow
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