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jueves, 22 de octubre de 2009

AL PAN, PAN Y AL VINO, VINO.



Iba a decir que me hace gracia, pero no lo digo, no me hace ninguna gracia que los señores de la guerra, si, si, nuestros mandatarios, no llamen a las cosas por su nombre y nos quieran vender la moto.

Hay una frase famosa que dice: ¿ “ Por qué le llamamos amor, cuándo quiere decir sexo”?, pues eso.

Para no dejaros en “ascuas” y no enrollarme más de lo debido os diré que me estoy refiriendo concretamente a como denominan en los últimos tiempos los políticos a hacer la guerra o ir a la misma, dos ejemplos:

o Misión Humanitaria

o Misión de Paz

¡Joder!, con las Misiones Humanitarias que generan muerte y sufrimiento a su alrededor, concretamente la “Misión Humanitaria” de Afganistán lleva ya la friolera de un millón de víctimas civiles aproximadamente.

Políticamente hablando es más “correcto” mandar tropas en misión humanitaria que directamente mandar tropas a la guerra a morir y matar.

El que hayan cambiado en algunos países, entre ellos España, “Ministerio de Guerra”, por “Ministerio de Defensa”, no camufla la verdad ni engaña a nadie.

Se sabe que tras estos nombres se encierra una verdad y es que los que dirigen el cotarro si no juegan a las guerras no se divierten.

Desde estas líneas les sugiero que vuelvan a sus juegos infantiles cuando jugaban con muñecos de plástico a guerras sin cuartel.

Desde luego este juego no causa dolor ni sangre.

Y sobretodo no nos traten como si todos fuésemos disminuidos psíquicos, digan la verdad y llamen a las cosas por su nombre.

¡¡NO A LAS GUERRAS!!

Snow

1 comentario:

  1. Es de necios pensar que la industria armamentista se mantiene sola. Que los fabricantes investigan, desarrollan y luego venden como cualquier otra actividad mercantil y punto.
    Pero claro, en este negocio se da la circunstancia que el cliente que adquiere la mercancia a estos fabricantes no lo hace por coleccionismo.
    Por lo tanto, para mantener la industria tiene que haber consumo y éste se realiza en los campos de batalla.
    Luego adornarán el asunto bélico en defensa de la libertad, la democracia, los derechos humanos, etc. Y llamarán a la intervención militar, misión humanitaria. Todo es cuestión del departamento de Marketing del Gobierno de turno: Identificar el mercado y atacarle.

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