Observo con estupor que algunos personajes famosos, entre los que se encuentras, actores, directores, cantantes y otros muchos representantes del mundo del "colorin", tanto de fuera de nuestras fronteras como autóctonos, defienden y abogan por Roman Polanski, un violador (confeso) de una niña de 13 años a la que drogó anteriormente para poder hacer con ella lo que le daba la real gana y que amparándose en su fama creyó que era su derecho y que saldría indemne de tamaña atrocidad.
Yo no voy a emitir ningún juicio sobre Mr. Polanski, para eso están los jueces, pero si voy a dar mi opinión sobre los violadores o cualquier individuo que use la fuerza para imponer sus deseos y en cualquiera de sus formas, esta gentuza se merece CADENA PERPETUA sin rebajas de condena bajo ningún concepto.
Me pregunto si estas “celebritys” defenderían a un violador confeso llamado Antonio López, que en vez de ser un director de cine famoso y de renombre internacional, fuese un panadero, por ejemplo.
Una cosa es que se admire a Polanski como creador y director de cine (yo soy seguidora de sus películas) y otra muy distinta es que se considere que una violación fue un pecadillo de juventud, sobretodo porque ya no era tan joven ni un crio descerebrado y confuso. Era adulto cuando violó a una menor.
No soy seguidora del cine de Almodóvar (uno de sus defensores), pero según me han contado amigos que han visto su película “Volver”, en dicho film, un violador en potencia que no en la práctica ya que no llega a consumar el delito, es ejecutado por su víctima, una menor. Veladamente nos hace cómplices de su simpatía hacía el castigo que hay que imponer a un violador, en este caso, la pena de muerte.
La violación, el asesinato, los malos tratos y una amplia gama de delitos, merecen un castigo y pena máximos, como no estoy a favor de la pena de muerte, el mayor castigo sería “la cadena perpetua” y eso es lo que deseo a estos indeseables, famosos o no.
No confundir admiración por una persona y su trabajo, para justificar a un violador.
N. Angulo
Ya se sabe que la sociedad tiene ese doble rasero para medir y jusgar los delitos y determinadas actitudes. Como bien dices un ciudadano cualquiera ante los mismos delitos hubiera sido condenado públicamente extramuros de una Sala Judicial. Un famoso adquiere, si cabe, más notoriedad. Una puta desconocida es una gran dama o incluso puede ostentar algún título nobiliario.
ResponderEliminarEn fín, así somo de mendrugos en esta sociedad.
No obstante, ante los delitos cometidos hacia la infancia, tolerancia CERO y SIN PERDON.
Somos tan imbéciles que juzgamos a las personas por lo que son y representan, no por sus acciones y valores. Mexclamos sin ton ni son atributos personales con actitudes profesionales y su lado obscur, que por cierto, todos tenemos.