Mis primeros tiempos en La Coruña transcurrieron entre el trabajo, la búsqueda de piso y paseos con Angel para enseñarme la ciudad.
Tuve que habituarme a oír y entender un castellano distinto al que yo hablaba, pero no hay barreras cuando hay intenciones y mi intención era integrarme completamente en La Coruña, costó un poquito, pero poquito, ahí van unos ejemplos de lenguaje coloquial.
No doy hecho (no me da tiempo)
Sácate de ahí (sal de ahí o quítate de ahí )
Voy a quitarme el carné de conducir ( voy a sacar el carné de conducir)
No doy aparcado (no puedo aparcar)
Sácate el polvo (tira la basura)
¿ Lo cualo? ( el qué ) y un largo etc.
También tuve confusiones a la hora de entenderles como me hablasen muy deprisa o no vocalizasen bien.
Un día le dije a un taxista que me llevase a Golda Meir y el pobre hombre me miró con cara de asombro y me dijo que en los años que llevaba conduciendo por La Coruña (que eran muchos), era la primera vez que oía hablar de esa calle, que a lo mejor era nueva y la buscaría en la guía, luego resultó que no existía Golda Meir, que donde yo iba era a Ronda de Nelle jajajajaja, entendí Golda por Ronda y Meir por Nelle, puede parecer muy distinto, pero os juro que fonéticamente suena muy parecido y si no, probarlo jajajaja.
Mis problemas no fueron solo de entendimiento idiomático sino de costumbres. El primer día que me sirvieron un “cortado” creí que la camarera tenía Parkinson por lo que le temblaba la mano mientras me echaba la leche, me dio una pena infinita y le dije a Angel - pobrecita, tan joven y con Parkinson – después de las carcajadas, mi señor marido me explicó que no era Parkinson, que lo que hacía era mover la lechera arriba y abajo para que salga más espumita, me ahorro los comentarios posteriores, la sorna y el cachondeo que hubo a mi costa por parte de mi costilla y de todo aquél que escuchaba la historia.
También desde que vivo aquí he tenido continuamente problemas que tienen que ver con el agua, wateres que rebosan agua, cañerías de los vecinos que se han roto ocasionándome goteras, lavadoras con pérdidas, más goteras, más agua, suelos inundados por otras cañerías, lo cachondo del asunto es que nunca eran averías ocasionadas por mi, pero que me afectaban, tanto en los locales donde he tenido la empresa, que han sido dos, como en los pisos en los que he vivido, que han sido tres, en todos y cada uno de ellos problemas de agua.
No sé, misterios de la vida a otras personas a lo mejor les persiguen los incendios u otras desgracías.
Menos mal que como decía Torrente en una de sus míticas frases, “para eso están los seguros”, si, menos mal.
N. Angulo
La frase original es "non dou feito" (no doy hecho).
ResponderEliminarCon lo del agua sí que tuvisme mala suerte. Y por tres veces!