El hacer amistades no me fue difícil, ya que eran amistades de Angel y me adoptaron sin ningún problema.
Otro de mis más queridos amigos es Santi y de las primeras personas que conocí, un Leonés afincado en La Coruña, “el rey de los botillos” le denomino. Desde hace muchísimos años es el encargado de hacer y organizar los famosos BOTILLOS de Luis del Olmo para los premios “Protagonistas” que se celebran en Ponferrada, explicaciones aparte, que a lo mejor solo me importan a mi, le dedico este capítulo.
Mis primeros recuerdos de Santi me llevan a la tarde en que apareció por mi negocio y preguntó por Angel, le dije que en ese momento estaba ocupado en el despacho y si quería volver más tarde o esperar, también le pregunté de parte de quién, me contestó que Angel ya sabia quien era y que esperaría, así es que se sentó enfrente de mi, cruzó sus largas piernas y sin dirigirme la mirada encendió un cigarrillo.
No me dirigió la palabra ni se molestó siquiera en mirarme, pero yo si le miraba de vez en cuando y pensaba en que tío más engreído y pijo tenía enfrente.
Salió Angel del despacho y para mi sorpresa se dieron un gran abrazo y entonces me lo presentó, era el famoso Santi con el que se iba a los garitos de putas a buscar posibles clientes de telefonía móvil y también de teléfonos de monedas que era parte del negocio de Santi, alquiler y mantenimiento de teléfonos de monedas, su empresa fue de las primeras en hacer la competencia a Telefónica.
Me pareció raro lo mal que me cayó porque soy una persona que normalmente nadie me cae mal de un primer vistazo y eso me pasó con él, además por aventuras y momentos que me contó mi chico me había hecho una idea de él bastante buena y estaba un poco confundida. A partir de ese día nos vimos casi a diario porque hacíamos campañas juntos para vender móviles, él siguió sin dirigirme apenas la palabra y yo tampoco a él, nos tratábamos con cortesía pero con frialdad.
Una noche tuvimos una reunión en un hotel de Santa Cristina con los jefazos de Madrid, la pidieron ellos para felicitarnos personalmente a unos cuantos por lo bien que iban las ventas y escuchar nuestras estrategias, estábamos unas once o doce personas, quizás más, Santi se sentó enfrente de mi y yo cogí una libretita de apuntes que tenía a mi lado y un boli y me puse a hacer caricaturas a unos y bocetos a otros entonces saltó la chispa, no sé que dijo él que me hizo gracia y me empecé a reír, me siguieron otras personas y al final yo creo que el asunto alcanzó un puntito de histerismo, yo reí hasta que se me saltaron las lagrimas y Santi creciéndose y diciendo una chorrada detrás de otra, a partir de ahí Santi y yo nos hicimos inseparables, descubrimos que teníamos un humor ácido e irónico muy similar y como no me puedo callar, le confesé que me había caído francamente mal.
A él le he contado cosas que solo confías a un buen amigo, le he gastado bromas que con otra persona ni se me hubiesen pasado por la cabeza y debo decir que ha sido y es recíproco.
Una noche fuimos a un restaurante, nos dirigimos al señor que estaba detrás de la barra y le dijimos que éramos "los de la banda", han pasado años y no recuerdo si fue él, Angel o yo, pero sin planificarlo nos seguimos el rollo y es de los días que mas he disfrutado en mi vida, como iba contando, le decimos al señor (luego resultó que era uno de los dueños) que éramos de la banda y dónde descargábamos el material, el señor nos mira con cara de poker, muy serio y por supuesto fiándose de nosotros porque lo que tenía enfrente de él, eran tres personas maduritas y aparentemente serias, inmediatamente nos dijo que esperásemos un momento que iba a preguntar porque él no sabia nada de una banda, mientras tanto nosotros pedimos algo de beber y aguardamos con la cara lo más seria que éramos capaces de poner, se asomaron personas de la cocina, se asomó por otro lado un chico más joven y ya por fin se aproximó a nosotros un tío grandote con un gran mostacho, se presentó como el dueño y dijo que debía de tratarse de una confusión porque allí nadie había contratado a ninguna banda, Santi respondió que no se trataba de ningún error y dónde estaba la tarima, al final entre risas los dueños se dieron cuenta de que les estábamos vacilando y aunque en un primer momento pareció que no les hacía mucha gracia la broma, posteriormente se echaron a reír y al terminar la cena nos invitaron a una copa, ni que decir tiene que a partir de entonces nos hicimos clientes, por eso y porque hacen un raxo y unas croquetas que te mueres jajajaja.
Podía contar cincuenta mil anécdotas, bromas que hemos compartido y buenísimos momentos pero me alargaría demasiado, nos unen más cosas de las que nos separan, somos fans incondicionales del gran Groucho Marx y debo decir que cuando Santi se disfraza de él no hay quien no les confunda.
Solo añadir que es un buen amigo y no solo porque me hace reír, sino porque tiene un corazón que no le cabe en el pecho y también ha estado a mi lado en los momentos más duros y difíciles, no me ha fallado nunca y espero que yo a él tampoco.
N. Angulo
Jodia, casi me haces llorar.
ResponderEliminara ti te ciega el cariño, Basilio, que casualidad. ehh
El Mesón es O'Pendello y está en La Coruña en el barrio de El Birloque. Aunque el Raxo es tá muy bueno, yo destacaría las Almejas en salsa, son de las mejores que comida nunca. Lo gracioso es que han pasado años y el dueño cuando nos ve lo primero que dice: ¡Hombre los de la banda! Y nosotros siempre le contestamos lo mismo: ¿Dónde colocamos el palco?
ResponderEliminarMe encantó, y celebro por esa amistad, leerte es unplacer, me va traslando con imagenes, los veo, los siento...y me has hecho reír. Besos!!
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