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domingo, 22 de agosto de 2010
COLMENAREJO II
A Colmenarejo le dedicaré más de un post, también fueron 5 años de mi vida y en ese pueblo alcancé el estado más parecido a la felicidad que conozco.
Una vez más Angel no estuvo presente en esta nueva mudanza, alquilé otro camión, me harté de hacer cajas para luego deshacerlas, di aproximadamente 39 paseos con mi coche para llevar cosas de menos volumen y acabé hasta los mismísimos (ovarios). De esta mudanza salió la feliz idea de prometerme a mi misma que en las sucesivas mudanzas contrataría una compañía donde me hiciesen todo, absolutamente todo, que yo no tuviese que hacer una caja más o por lo menos lo mínimo.
Al principio, como es lógico, hasta que todo estuvo en orden comíamos fuera, uno de los bares que conocí primero era el de las A...,realmente su nombre era Bar A..., pero empecé a llamarlo el de las A... y con ese nombre se quedó, lo llevaban una madre y sus hijas, dos gemelas y una tercera que también lo parecía, bueno, realmente se parecian todas a la madre, podían haber pasado por cuatrillizas si no fuese por la diferencia de edad.
A este bar solo iba a la hora del vermut porque con los aperitivos salías ya comido, eran muy espléndidas con los aperitivos esa es la verdad y también eso hacía que te olvidases de la falta de limpieza; que veías un pelo en el vaso, no pasaba nada, una de las A... metía el dedo y lo quitaba, ¡hala, a seguir bebiendo!!, como decía mi madre lo que no mata, engorda y si, yo cogí unos quilitos jajajaja.
Los primeros tiempos en Colmenarejo me pillaron con la guardia baja y despistada, no estaba acostumbrada a vivir en un pueblo y además tan pequeño, pero con el tiempo empecé a disfrutar de esa nueva vida más relajada y tranquila y con más encanto, solo había que acostumbrarse y era cuestión de tiempo.
No me enrollaré mucho, solo decir que en Colmenarejo viví de nuevo experiencias y casi todas enriquecedoras.
Fui profesora de arte de Colmenarejo, pertenecí y co-fundé una Asociación Cultural, también creé junto con otros miembros de la Asociación una Revista Cultural llamada "El Rondón" en la cual participe como escritora, colaboradora y recaudadora de anuncios para poder financiarnos, tuve una tienda de arte y artesanía, llamada "El Taller de Atenea" y llevé una vida de lo más activa y enriquecedora, pero lo mejor sin duda fueron las amistades que hice y que aun conservo.
Tengo muchas anécdotas para contar pero quizás una de las más destacadas fue el día o más bien la noche que Angel me dejó en la calle y el trajín que eso conllevó.
Lo cuento el próximo día que ahora estoy cansada y tengo mucho que hacer.
N. Angulo
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Sí, desde luego fue una época muy interesante e intensa, llena de acontecimientos, anécdotas y situaciones en algunos casos subrrealistas.
ResponderEliminarA mí me gustó mucho esa época y fue muy enrriquecedora para ambos. Pero la mudanza te la chupaste túy enterita, una vez más. Por ello Eres una experta en logística doméstica.