En la calle Fermín Caballero estuvimos más o menos 5 años, parece que nuestro sino son los quinquenios.
Nos pusieron abajo un pub y como era pequeño la gente se acostumbró a salir a la calle; voces, peleas y sobretodo mucho ruido. El local no estaba insonorizado pero aunque lo hubiese estado daría lo mismo, como he dicho los clientes estaban en la calle y las puertas del local de par en par. No se podía dormir, no se podía descansar, no se podía leer, en fin, nos pusimos a buscar otra vivienda.
En esos años los alquileres en Madrid estaban por las nubes y por primera vez nos planteamos comprar una vivienda, según nuestros cálculos íbamos a pagar de hipoteca lo mismo que de alquiler, comenzamos la tarea de búsqueda.
Por nuestro barrio impensable comprar, poco a poco fuimos ampliando el círculo en el mapa con el decepciónate resultado de que lo que podíamos pagar estaba en barrios que no nos gustaban.
Decidimos vivir a las afueras en algún pueblecito de la sierra madrileña, teníamos coche, pero como mi “adosado” no conduce teníamos que mirar que estuviese bien comunicado en cuanto a transporte público para que se pudiese desplazar a trabajar.
Tras un tiempo de búsqueda al final dimos con Colmenarejo, un pueblecito que por aquellos días tenía apenas mil y pico habitantes y estaba bien comunicado con Madrid, funcionaba bien la red de autobuses. También podíamos comprar vivienda sin necesidad de hipotecarnos de por vida, (me lo prohíbe mi religión y mi sentido común).
En una promotora nos enseñaron planos de unos chalets adosados, pero nosotros no queríamos comprar sobre plano, para nuestra sorpresa el señor que nos atendía nos dijo que ya estaban en construcción y podíamos ir a verlos y para allá fuimos.
Era un grupo de cuatro chalets, la ventaja además es que estaban ubicados en el centro de Colmenarejo, la mujer del constructor heredó ese terreno y él construyó allí. Tenía otras ventajas, aunque eras viviendas adosadas no formaban comunidad (cosa que me encantó, si puedo evito las comunidades de vecinos), las casas tenían un tamaño ideal y lo mejor de todo es que lo podíamos pagar.
Como fuimos los primeros en visitar las viviendas pudimos elegir y elegimos la más grande (no somos tontos jajajajaja).
Metimos prisa al constructor para que acelerase nuestra vivienda y pudimos hacer cambios prácticos sobre la marcha, el resultado fue bonito y satisfactorio.
Esto llevó irremediablemente a una nueva mudanza.
N. Angulo
Buenos años los de Colmenarejo, buenos recuerdos y buenos amigos. Etapa diferente en nuestras vidas, sin duda. Por cierto, en esta mudanza tampoco participé yo. Fueron Nieves y Rafael los encargados del traslado. Yo trabajando fuera de Madrid una vez más.
ResponderEliminarSaludos, Nieves.
ResponderEliminarLe comento que a partir de hoy, con gusto, publicaré en el blog Contextus RadioVideo ( http://contextusradiovideo.blogspot.com/ ) con el correspondiente link a su blog personal, sus post publicados en 'A pesar de todo'
Continuamos en contacto.
Abrazo y afectos.
Namasté.
Pablo Felipe...