Para saber quién soy no necesito que una señora se suba a la palestra a hacer el ridículo inventándose una palabra como “MIEMBRA”.
Ya en un post anterior escribí que la lengua castellana me gusta como está, quizás la limaría un poco pero me encuentro a gusto hablando el castellano tal como está, será porque es la lengua que aprendí en mi niñez y que escribo y hablo con fluidez
No obstante no quiero hablar del castellano si no de la MUJER, con mayúsculas femenino y singular.
No quiero ser igual al hombre, estoy contenta con la suerte recibida en el sorteo de la vida y nací mujer.
Digo que no quiero ser como un hombre y digo bien, pero quiero estar, quiero estar cuando se reparte el cotarro y la suerte.
Nuestra labor como seres humanos para cambiar el mundo e igualarlo no consiste como he dicho en pasarte horas y horas saludando al personal, - “buenos días señoras, señores etc…” - , este trabajo debe empezar en nuestro cerebro y en casa.
Una vez cambiado nuestro modo de pensar y sentir, llegamos al plano de la pareja y posteriormente llegaremos a los hijos.
Las parejas desde un principio de convivencia tienen que hacer eso convivir y en esta palabra tan sencilla van implícitas unas normas de convivencia que significan igualdad, en la casa nadie es más o menos que nadie, tiene que existir una colaboración y reparto equitativo de las labores y si no es así mejor es que antes de tener hijos des puerta a tu pareja.
Me pongo enferma cuando oigo a mujeres diciendo – “mi fulanito me ayuda mucho” - ¿cómo que tu fulanito te ayuda?, primer y catastrófico error, no hay ayudas que valgan, hay colaboración.
- El no es superior a ti.
- El no trabaja más que tú.
Si tienes hijos y pertenecen a ambos sexos comienza por rechazar todos los regalos que lleguen a tus hijos por estas fechas y que ellos no hayan pedido a SSMM. Si te parece muy fuerte el rechazo pues pide amablemente a las personas que van a hacer regalos a tus hijos que esos regalos no sean sexistas es decir que la niña no reciba un tropel desmesurado de muñecas, cocinitas, cochecitos etc… y el niño juegos para competir y combatir o exclusivamente balones y juegos donde se utilice la fuerza bruta, pero en el caso de que la gente no entre en razón y sigan insistiendo con ese tipo de regalos, no los repartas, enseña a tus hijos a compartirlos no te lleves las manos a la cabeza si ves al niño paseando a la barbi y dando el biberón a la “moquitos”, ahí es donde debe empezar tu esfuerzo para que esto cambie, que jueguen juntos a todo tipo de juegos, de eso se trata, de jugar.
Por eso insisto tanto en que lo importante es cambiar cada uno en nuestra intimidad, en casa, solamente consiguiendo que en casa todo funcione, conseguiremos que funcione en el exterior, simplemente porque se ha convertido en nuestra forma de vida habitual.
Personalmente no podría vivir con un compañero con el que no me sintiese a gusto y que las únicas diferencias entre nosotros fuesen las físicas que a la vez que nos hacen diferentes nos unen armoniosamente.
Así es que para el año que comienza proponeros ese cambio, pero que empiece por una misma.
Por el lenguaje ya lucharé pero mi prioridad está en cambiar las mentes.
Efectivamente el cambio de pensamiento no está en la idiotez de aplicar el genero femenino a las terminaciones masculinas de los sustantivos o de los participios pasados del verbo que se conjuga. El cambio de pensamiento está en la actitud del día a día de cada uno de nosotros, hombre o mujer, y no en la soplapoyed de algún ministro o ministra tolerante o toleranta, o progresisto o progresista, o .....
ResponderEliminarEstoy cansado de oir a los estúpidos y estúpidas progres defender lenguajes inexistentes en aras de la igualdad de sexos. Pura falacia y cortina de humo para despistar a la opinión pública de algo tan sencillo como es el compartir. Y nada más.
De acuerdo en lo de cambiar las mentes pero, ¿que problema hay en ir enriqueciendo las expresiones?
ResponderEliminarY ya sabeis que, al menos yo, no me refiero al dichoso os/as, que no me gusta.
Pero es como lo de el abuso de "tacos" en el habla cotidiana. Uno de vez en cuando hasta puede ser efectivo pero ¿es normal que ocupen la mayor parte de las palabras en cada frase?
No hay que elvidar que el cerebro necesita palabras, sin ellas no hay pensamientos.