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sábado, 28 de agosto de 2010

SAN IGNACIO / FRANCISCO RODRIGUEZ OTERO




En esta casa también estuvimos nuestro quinquenio más o menos.

Este piso era de un matrimonio que vivía gratis en un edificio perteneciente a Aduanas de La Coruña ya que él trabajaba allí como inspector. Vivieron en esa casa toda la vida así es que con lo que se ahorraban de vivienda compraron dos pisos, en uno de ellos es donde vivía yo.

Este barrio era muy céntrico e íbamos andando a la empresa, además estaba lleno de pubs así es que fue de las temporadas más marchosas que tuve, salía mucho y todo al lado de casa.

Como anécdota contar que en este barrio sufrí una de las caídas peores que he tenido por no decir la peor, mi calle estaba bajando una cuesta muy pronunciada, una madrugada que venía de marcha, una amiga me dejó con el coche en otra calle porque la dije que no diera la vuelta a la manzana por dejarme en el portal; me dejó en una paralela y nos separaba la dichosa cuesta, en la mitad más o menos me falló la pierna izquierda y me caí, la caída fue tal que me saqué un hombro de su sitio, me di contra la acera y reboté contra un coche donde me rompí el labio y me casqué un diente.

Angel estuvo de viaje, llegó tarde y no quise despertarle, me lavé como pude y me limpié la sangre del labio que ya empezaba a estar hinchado, el hombro me dolía endemoniadamente pero como ya me había caído unas cuantas veces procuré no darle importancia al dolor y a las 4 de la mañana más o menos me metí en la cama, no pude dormir pero al menos se me pasó la tembladera del susto. A las diez de la mañana desperté a Angel porque no aguantaba más el dolor y después de pegarse al pobre un susto de muerte nos fuimos a urgencias. Os ahorro las explicaciones de urgencias, solo decir que ya me tuve que cabrear para que me diesen un calmante y me hiciesen una radiografía. Me colocaron el hombro en su sitio sin anestesia ni leches, debe ser que cuesta muy cara y que me vieron cara de aguantar., lo cuento rápido pero esto duró horas y horas.

El labio no me lo miraron siquiera, dijeron que era un hematoma del golpe, yo les dije que se me había partido un diente y que no le había escupido, como respuesta una mirada de circunstancias y desprecio, - qué sabrá esta - , me mandaron a casa. Harta del dolor y que no se bajase la hinchazón del labio un día le dije a mi médico de cabecera, -¿no tendré clavado el diente en el labio?. Esta vez me hizo caso y me mandó a la consulta de la dentista por urgencias, ese mismo día me hicieron una placa y vieron que efectivamente tenía clavado el diente en el labio superior, en la misma consulta me hicieron una incisión y lo sacaron; había transcurrido un mes desde el hostiazo y empezando por Angel y terminando por los médicos se creían que estaba como una “cabra” por pensar tan siquiera que tuviese un diente clavado en el labio, al final yo tenía razón pero me costó un mes demostrarlo.

Todo lo bueno se acaba y a esta pareja se les acabó el “chollo” de vivienda gratis, debo añadir que me alegra porque ya está bien de estos despilfarros y abusos por parte de la Administración Pública, que para que unos disfruten viviendas u otros bienes gratis, lo pagamos los “otros” entre los que me incluyo.

Nos llamaron compungidos y nos dijeron que teníamos que buscar nueva vivienda, me puse a ello y tardé 6 meses en encontrar una que me gustara y pudiese pagar.

Llegó Francisco Rodríguez Otero, nombre muy largo para una calle muy corta.

La espera de estos meses mereció la pena, el edificio tenía un año aproximadamente de construcción y todo era para alquilar, la promotora construyó y construye edificios para alquileres exclusivamente. Nos dijo el dueño del edificio que la idea le surgió de unos años que vivió en Londres y que allí es normal hacer edificios solo para alquileres, me parece una idea genial, no tienes que aguantar comunidades de propietarios y si se estropea algo ellos llevan el mantenimiento y acondicionamiento del propio edificio y de los pisos.

El barrio, genial, me separaba una manzana del paseo marítimo y de la cala de San Roque, al lado además de Riazor, no podía pedir más y el alquiler me salió al mismo precio que ya pagaba por el piso anterior, ¡¡¡yujuuuuu!!!

Comencé rehabilitación de mi maltrecho cuerpo y una baja que se prolongó de un piso a otro.

N. Angulo

1 comentario:

  1. Yo creo sin duda que fue el mejor piso en el que hemos vivido en La Coruña. Buen barrio, cerca del mar y de las playas, buen piso y buen vecindario.

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