En días como hoy, cuando te despiertas con unas noticias tan terribles como esta: “Un temblor ha asolado Puerto Príncipe, la capital de Haití, edificios destruidos bajo los que yacen miles de personas. Apenas se han recuperado cadáveres, pero los desaparecidos se cuentan por miles”, o esta otra: “El consumo de cocaína provoca el 3% de muertes súbitas en España. Un estudio indica que hasta el consumo de pequeñas cantidades puede matar ”.
Como decía, en días como este te das cuenta de cómo es el mundo, de cómo es el ser humano, de nuestra fragilidad e impotencia ante el primer caso y nuestra libre elección ante el segundo y digo bien, no os rasguéis las vestiduras, libre elección repito en el segundo, salvo raras excepciones; El consumidor medio de cocaína es un adolescente con poder adquisitivo o un adulto de clase media/alta, vuelvo a reiterar que hay excepciones pero son mínimas.
Unos seres mueren por los caprichos climáticos y por supuesto porque no cuentan con unas infraestructuras adecuadas que a lo mejor no hubiesen podido evitar la muerte y destrucción, pero si seguramente hubiesen mermado sus devastadores resultados.
Otros seres por el contrario eligen morir poco a poco o rápidamente en nombre de tal o cual capricho, de tal o cual droga más o menos de diseño. Mientras unos no tienen dinero ni para comer o vestir decentemente (caso Haitiano), otros despilfarran su dinero en drogas y aturdimiento.
Y una vez más te enfadas con la vida, te enfadas con el mundo, con su injusticia, con su mal reparto, porque ves que mientras unos seres humanos mueren y les encantaría vivir otros que deberían estar encantados de vivir deciden morir miserablemente.
Así es la vida y un día más esta vida me entristece.
Snow
No hay comentarios:
Publicar un comentario