Hoy he quedado por fin con él, nos vamos a conocer, no sé qué ponerme, temo desilusionarle, no gustarle lo suficiente y que pierda interés por mi y no me contrate.
Estoy nerviosa, le he mentido y le he hecho creer que tengo 19 años cuando en realidad tengo 14, pero lo que no haga una buena capa de pintura no lo logra nada.
Quiero ser modelo, sé que estoy buena, me lo dicen mis compañeros y amigos… bueno y el espejo cuando me miro, además parezco mayor, desarrollé enseguida, cuando mis amigas apenas tenían dos pechitos yo ya tenía dos grandes tetas y bien formadas al igual que las caderas.
No soy todavía muy alta para ser modelo de pasarela, pero hay otros tipos de modelo, además seguiré creciendo, apenas tengo 14 años.
El me ha dicho que me hará unas fotos para iniciar un “book” ¿se dice así?, bueno, qué más da como se diga, el caso es que me sacará unas fotos y las enviará a sus contactos para que me contraten como modelo.
Mis padres están currando así es que no saben que hoy no voy al “insti”, me he comido la clase, se supone que como tengo 19 años y estoy decidiendo qué hacer con mi vida (es lo que le he contado a él) pues hoy estoy libre.
Estoy nerviosa, ¿será ese el tipo del chat?, parece más viejo que en la foto que envío, pero da igual jajajaja ¿quién no miente en internet?.
Si, es él, nos damos un beso a modo de saludo y me dice que nos tenemos que ir enseguida al estudio que está cerca y quiere aprovechar la luz natural todo lo posible, me comenta también que parezco más joven, me río.
Subimos a su estudio, es un edificio bastante viejo y medio en ruinas, subimos andando, no tiene ascensor, me dice que no me asuste que lo tiene un poco desordenado pero que para las fotos vale así.
Me empiezo a asustar un poco, no veo ninguna cámara de fotos, no veo ningún foco de luz, solo suciedad y desorden, tenía que haber venido con alguna amiga…bueno, intenta calmarte y no seas tonta me digo.
Cierra la puerta detrás de mi, me vuelvo y le sonrío algo nerviosa, su cara ya no es agradable, su cara está seria y tiene la mirada como perdida, me empuja hacía el sofá, sucio y desvencijado, le doy un empujón para apartarlo de encima, suena un ruido detrás y noto que me sujetan los brazos, hay otro tío en la casa.
¡Dios!, ¿qué he hecho?, estoy harta de oírlo, de leerlo. Me he creído más lista que nadie, no, a mi no me pasan estas cosas, eso les pasa a otras, yo soy fuerte, lista, aparento más edad, a mi no me engañan con facilidad. ¡Dios…he caído como una pardilla!
No sé cuanto tiempo llevo aquí, tumbada y dolorida en la oscuridad, desde luego es de noche, no entra luz por la ventana.
Me duele todo, sobretodo “ahí”, me miro y me palpo, tengo sangre y me duele…me duele.
Me levanto del sofá y busco un baño, hay un wc, pero no hay agua, a lo mejor la casa estaba abandonada, a lo mejor traen aquí a todas las crédulas como yo, ¿qué hago ahora?
Bajo despacio las escaleras y procuro calmarme, ahora si soy mayor, ahora tengo que decidir.
Y decido…decido volver a casa y meterme en el baño y ducharme antes de que vengan mis padres, decido no contar nada, no ahora, no ahora mismo, solo quiero ducharme y dormir, dormir y olvidar.
Decido callarme
Snow
P.D. Esta historia es fruto de mi imaginación, pero por desgracía ocurre.
Desgraciadamente este tipo de casos no son aislados y ahora hay mucha más facilidad para que se produzcan. Es muy necesario educar desde las familias y realizar un cercano control parental de las actividades de nuestros hijos por muy maduros que parezcan.
ResponderEliminarBrutal. Muy buena redacción. Muy ligera... Snow qué crack!!
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