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miércoles, 31 de marzo de 2010

QUE DIFICIL




Lo he hecho, he dejado la noche, he dejado la calle.

Pero que difícil, no sabía que el día era tan difícil, no sabía que este mundo me iba a causar tanto miedo, tanta inseguridad, hasta ahora desconocía mi gran timidez ¿paradójico verdad?

Yo, mujer que se supone curtida en mil batallas, en mil situaciones límite, en mil experiencias y me siento perdida….estoy tan perdida.

He encontrado un trabajo, no me gusta mucho porque tengo que estar ante el público en un mostrador y tengo miedo de que me vean, de que me reconozcan.

Ayer sin ir más lejos, me hizo un pedido un ex-cliente…¡madre mía!… me puse a temblar, ¿ y si dice algo, si me increpa, si me avergüenza? Pero él bajó la vista como hice yo, todavía temblando le pedí a un compañero que me sustituyese y me tuve que ir al baño a sosegarme, a calmarme.

También me cuesta bastante relacionarme con los compañeros, me limito a saludarles y poco más, no quiero entablar amistad, no les doy pie para ello, hay un compañero que me mira mucho, me ha invitado a tomar café a la salida del trabajo, pero le he rechazado, no puedo…ahora no, es muy pronto, mejor sola, mi niño y yo, mejor sola.

Me está resultando tan difícil, pero tengo que seguir, una vez tomada mi decisión he de continuar, por mi hijo…bueno… y por mi, para que algún día el niño no se avergüence de su madre, aún es pequeño pero ya hace preguntas, ¿por qué no vienes a buscarme al cole? ¿ por qué va la abuelita?, ¿por qué trabajas tanto? Tiene razón la criatura, apenas le veo, pero esto lo hago por él…algún día…algún día lo entenderá.

No puedo acceder a puestos de trabajo más responsables, no terminé los estudios, fui al colegio hasta los doce años, mi preparación es nula, no sé de ordenadores ni de nada, no sé expresarme muy bien y tengo muchas faltas de ortografía. El miércoles que es el día que libro limpio dos casas, eso me ayuda a llegar a fin de mes.

He cambiado de barrio, en el otro piso recibía a algún cliente y no quiero toparme con ninguno. Este barrio es más barato y aunque el piso es un poco más pequeño para mi niño y para mí está bien.

Pero que difícil me resulta. A lo mejor también tendría que cambiarme de ciudad, pero es que aquí tengo a mi madre que por suerte se hace cargo del niño cuando trabajo.

Estoy yendo a terapia, el otro día conté lo del cliente que atendí en el trabajo y también hablé de mis miedos.

Me dijeron que no tengo de qué avergonzarme, que el pasado, pasado está, que en todo caso quien se tendría que avergonzar sería él, mi ex cliente.

Pienso que a lo mejor en terapia tienen razón, pero no puedo evitar lo que siento, vergüenza y temor de que alguien, algún día, se entere de que fui PUTA.


Snow

2 comentarios:

  1. No cabe la menor duda de lo tremendamente dificil que es la reinserción social de estas mujeres. Por eso, debe haber entidades que lleven a cabo un trabajo basado en un modelo integral de ayuda a la insercción social.

    Estas mujeres están rotas y su compostura debe de ir de la mano de profesionales que trabajen desde el ámbito psíquico al laboral pasando por el familiar.

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  2. Estoy totalmente de acuerdo y opino igual que usted Angel de la Riva.

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