CUSTODIA COMPARTIDA

Con éste post, termino de momento mis reflexiones sobre las consecuencias que acarrean las separaciones o divorcios, no solamente en los adultos al tomar la decisión, sino también, y me atrevería a decir en mayor medida, a sus hijos.

Vuelvo a reiterar que soy una defensora acérrima del divorcio.

También soy defensora de la Custodia Compartida, salvo en casos muy puntuales, entiéndase (malos tratos, padre o madre incapaces o enfermos etc…) Pero si los dos ex cónyuges están capacitados, son los dos los que deben continuar educando a sus hijos.

Los que se separan son una pareja.

Esta pareja, como adultos, deben restringir al máximo el sufrimiento que su decisión puede ocasionar a sus hijos, que en la mayoría de los casos, cuando esto ocurre, son niños u adolescentes.

Los hijos, ante la decisión tomada por sus padres, están indefensos, y es la Sociedad quién, en cualquier caso, debe tomar las riendas para defender esa indefensión, si la ex pareja no llega a un acuerdo que haga feliz a sus vástagos.

Es obligación de los padres, el procurar a su descendencia una infancia y adolescencia feliz y cómoda, ya tendrán ellos ocasión de ver la realidad de la vida cuando sean adultos, pero mientras estén bajo la potestad de los padres, éstos deben hacer de su vida un hermoso Jardín y un gran Parque Temático.

Creo sin lugar a dudas que hablando se puede alcanzar consenso, sobretodo si hay voluntad y se quiere a los hijos, hay que hablar más y más, incansablemente, agotadoramente, pero hablar y hablar, negociar y hacer concesiones, todo por los hijos, que son las víctimas inocentes de una decisión de adultos.

Si no se llega a un buen acuerdo para todas las partes, lógicamente toma la batuta la Justicia, en este caso un Juez, lamentablemente.

Y a los Jueces les diría:

• Ustedes deben tener en cuenta que la madre ha parido, pero que no existe otra ventaja con respecto al padre; este hecho no hace que una mujer quiera más a sus hijos que un hombre ni esté más capacitada para educarles.
• Ustedes deben intentar que los padres vivan lo más cerca posible, para que los hijos no sufran cambios drásticos en su vida, ya sea de barrio, ciudad o colegio, eso supondría perder amistades y costumbres, los niños se mueven mucho por costumbres, están aprendiendo.
• Para que una criatura no se sienta como un títere, lo ideal es que pase seis meses en casa de la madre y otros seis en la casa del padre.
• Cada ex cónyuge debe mantener a sus hijos durante los meses que estén viviendo bajo su techo.
• Se pueden ayudar los ex mutuamente en caso de que uno de los dos esté pasando por momentos difíciles.
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Seguiría con un etc… etc… pero no soy Juez, soy una simple testigo de lo mal que se hacen las cosas y de los daños colaterales que eso conlleva.

¿Tan difícil es?

Por supuesto me estoy basando en situaciones denominadas “normales”, dónde no ha habido casos de violencia doméstica o cualquier otro tema escabroso.

Padres, como he dicho en un párrafo anterior, los que os separáis sois vosotros, no hagáis sufrir más de lo necesario a terceras personas, en este caso, vuestros hijos, no hagáis que vuestros hijos algún día os hagan reproches y os tengan que avergonzar contándoos lo que han sufrido por vuestra culpa.

En vuestras manos está el evitar esto.

N. Angulo