PAREN EL MUNDO, QUE ME BAJO

Resulta cuanto menos paradójico, que en un país como es España, laico y aconfesional, (eso se dice, otra cosa es que nos lo creamos), se lleve a juicio a una persona porque consideran que atentó gravemente contra los sentimientos religiosos de los telespectadores, al enseñar unas imágenes de un corto que realizó en 1978 sobre cómo se debía cocinar a Cristo.

Posiblemente estos mismos telespectadores que se sienten tan ofendidos con el corto realizado por el cantante Javier Krahe, defienden a ultranza a la Iglesia Católica, justifican y seguirán justificando, La Inquisición, quiero decir, perdón por el lapsus, La Santa Inquisición, les ofende que se cocine a Cristo, pero no les importó que se quemasen a miles y miles de personas. También justifican las Cruzadas y las matanzas que se hicieron en nombre de La Santa Madre Iglesia para conquistar las Américas, total, América estaba hasta los topes de indios infieles y que mas daba cortar una cabeza de un infiel allí o una oreja de un infiel allá, todo sea para que prime el bien de La Santa Iglesia Católica. Cuanta bondad.

Pero me estoy yendo muy lejos en la historia, cuando en la actualidad tenemos nuestras propias vergüenzas.

Estos telespectadores religiosos ¿cómo se sienten al ver a curas violadores y pederastas?, ¿no se sienten ofendidos?, ¿no atenta gravemente a sus sentimientos?

No he visto ni oído que estas buenas gentes hayan ido a los juzgados a poner una denuncia contra estos religiosos.

Tampoco he visto a estos creyentes que se ofenden con tanta premura, denunciar a las mujeres que tiran a sus bebés todavía con el cordón umbilical, a un contenedor de la basura, las hay también que no tiran a sus bebés a los contenedores de basura, cual desperdicio, otras les dejan en un váter, como quien deja un tampax.

Estos creyentes no solo no denuncian, si no que las perdonan y comprenden, quizá no ven que entre el aborto y tirar a un ser humano a un contenedor de la basura, hay otras muchas opciones, dar al niño en adopción, llamar al timbre de una casa y dejarle en la puerta y si no, acudir a La Santa Madre Iglesia y postrarle en el altar mayor. Estas almas piadosas, justifican, perdonan y encuentran una y mil explicaciones.

Pobre mujer, es que está desesperada y ha tenido un momento de pánico y enajenación, no puede cuidar de su bebé, hay que perdonarla y comprender, además, es una buena católica porque no se sometió a un aborto, esto si que es pecado y asesinato.

Esta pobre enajenada, que no aborta porque su religión se lo impide, acudirá a confesarse, el cura la absolverá y perdonará, total, es humana y los humanos cometemos estas atrocidades. Reza siete rosarios hija mía y ve en paz.

En nombre de la religión es este país tan laico, se siguen cometiendo atropellos.

En 2004 dos ultras irrumpieron en el Circulo de Bellas Artes, en Madrid y agredieron al director y protagonistas, de una obra de teatro que se representaba en ese momento y que llevaba por título, “Me cago en dios”

En 2006, cuando Leo Bassi representaba “La Revelación” en el Teatro Alfil, también en Madrid, fue colocado un explosivo, porque dicha obra molesto a unos cuantos fundamentalistas.

Por otra parte, no me extraña que los juzgados estén colapsados y es que admiten y tramitan cualquier denuncia por muy extraña que sea.

Y todavía me asombra más que en 2010 existan artículos como el 525 del Código Penal.

Artículo 525.

1. Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican.

2. En las mismas penas incurrirán los que hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna.

Pero me sigue asombrando que este artículo se aprobó, en plena democracia y en un país, sigo insistiendo, que se declara laico y aconfesional.

LEY ORGÁNICA 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal (B.O.E. de 24 de noviembre) De los delitos contra la libertad de conciencia, los sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos (Sección 2ª, Cap. IV, Tít. XXI, L. II)

Ruego encarecidamente que paren el mundo, porque yo, me bajo.

N. Angulo