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sábado, 10 de julio de 2010

¿ME RIO? SI, REIR ES BUENO




Ya ir al médico ¡¡jode!!, sobretodo porque te citan a una hora (que no se cumple) y eres puntual, sabes cuando entras, pero no cuando sales, así es que yo me suelo llevar la prensa o un libro, lo hago por dos razones principalmente, para que se me haga la espera más corta y para que no se me enrolle el "enfermo de turno".


El otro día no salió la cosa como esperaba, fui a por mis bajas y medicación, abrí un libro (Rescate por un perro de Patricia Highsmith) y me puse a leer, aquí ya empieza el MOMENTO DALINIANO, se me sienta un tío al lado, bueno al lado no, casi encima de mi, apestando a alcohol, no solo el aliento, rezumaba alcohol el "jodío" por todos los poros de su piel y comienza a "darme la murga", yo soy bajita y él era bastante alto, posiblemente 1,90, así es que su cabeza quedaba bastante más alta que la mía, pensé, mi salvación, aunque me hable no le tengo ni que mirar porque nuestros ojos no se pueden encontrar, ¡¡¡JA!!! que insensata, el ínclito dobla su cuerpo, se echa practicamente encima de mi y empieza a contarme su vida con voz de llevar algo más que alcohol en su cuerpo.- "Yo trabajo mucho, soy periodista, reparto periódicos por los quioscos, si me roban tengo que pagarlos yo, me han pegado, tengo que ir al juzgado porque me estoy divorciando, tengo que llevar parte de lesiones, esto es una urgencia ¿quién va a entrar ahora? entro yo porque esto es una urgencia, ¿me entiendes? tienes cara de buena persona, me han pegado, ahora entro yo".


Yo no podía más, no le miraba, pero el seguía con su monólogo y echándome el aliento, me puse el bolso de piel más o menos en la nariz, para así camuflar el olor del tipo, pero ni por esas. No tuve más remedio que levantarme, la gente de la consulta me miraba con cara comprensiva, pero a mi eso no me quitaba las nauseas que me estaban dando por el olor del "pelmazo". Me senté en otro sitio y volví a recomenzar mi lectura, llevábamos bastante retraso en la consulta así es que me volví a concentrar en el libro.


Siento un movimiento al lado y sin mirar retiro el bolso y la cazadora para hacer sitio, ¡¡¡maldición, el oloroso!!!.
- "Me estoy divorciando, tengo que ir primero al juzgado, lo que oigan primero es lo que vale, tienen que oír mi versión, soy periodista, ahora voy yo..."


Me parecía estar viviendo un "deja vu", de nuevo me levanté y esta vez con mucho dolor de piernas y corazón me quedé de pie apoyada en la pared,

No me explico que pasó, imagino que los nervios provocaron en mí esa reacción, ahí comenzó mi risa histérica y la gente se reía conmigo porque eran testigos del panorama, todos reíamos hasta la hilaridad, os juro que se me saltaban lágrimas y todo, no podía parar de reír, bueno todos nos reíamos menos él, el protagonista.


Nunca me he alegrado tanto y he protestado menos que cuando "se coló", bueno no protestó nadie porque creo que todos queríamos que terminase este surrealismo. Pero mi médico (que es mucho), le despidió con cajas destempladas y le dijo que volviese otro día, que esto no era ninguna urgencia.


La verdad es que al final se me hizo corta la espera y no por Patricia y su relato, si no por un desconocido que "cheirava" a alcohol que daba gusto.


Lo único que deseo es no volver a coincidir con él cuando vuelva con la "urgencia" porque es muy posible que sea yo la que entré de urgencias.


N. Angulo

2 comentarios:

  1. Si, mejor reirse. Podías hacer una serie de "historias de sala de espera". Con tu habilidad para "sacar punta", sería un buen libro para amenizar el tiempo en las propias salas de espera.

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  2. Nieves creo que si juntamos las experiencias hospitalarias y/o clínicas privadas - como sucede en mi país- por los servicios recibidos en infinidad de oportunidades en nuestras vidas, creo que podríamos editar un libro de dolores, divertimentos, vivencias en terapias intensivas, salas de guardia compartidas circunstancialmente con todo tipo de experiencias, donde la muerte se percibe como algo cercano, se la huele, y que sabemos eludir diciendo un tremendo OLE !!!!! a tu estilo.
    En cuanto al perfil dado al personaje de la sala de espera, es tan posible y cierto que a medida que uno lee tu reflexíon, lo está viendo y su imagen, tan bien narrada no hace mas que causar gracia y tener que esbozar una sonrisa cómplice sobre el realto.
    Buenísimo.
    Cesr Neustadt

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