Vistas de página en total

jueves, 29 de julio de 2010

TIEMBLO COMO UN FLAN



Tiemblo como un flan ante la palabra, ante el hecho de “prohibir”. No sé si es consecuencia de la larga dictadura que se asentó en España durante 40 años, imagino que si, que es la consecuencia.


No me gustan las prohibiciones, me gusta el diálogo, me gustan las negociaciones y las sugerencias.


Se puede conseguir lo que se desea por medio de la palabra y sin llegar a la prohibición.


Por ejemplo en el tema de las corridas de toros.


En vez de prohibir las corridas de toros, se debería haber negociado que se llevase a cabo el ritual taurino, pero sin sangre, celebrar un ritual no cruento, como ocurre desde hace muchos años en las plazas de toros de otras partes del mundo.


¿O se ha negociado pero no nos han informado de estas negociaciones a los españoles?


Si se ha negociado y no se ha alcanzado un entendimiento, se multa a las gentes del mundo taurino, se les sanciona una y otra vez hasta que no tengan más remedio que abandonar tamaña masacre ante la falta de dinero, o bien con penas carcelarias, ya que, existen leyes en defensa de los animales y que evitan su maltrato y sufrimiento.


Aunque poco conocidas – y muy esporádicamente puestas en práctica – las penas contra los malos tratos hacia animales existen.


Cuando en el maltrato hacia animales se observa “ensañamiento”, según el artículo 337 del Código Penal español, que dicta una sentencia de tres meses a un año de cárcel a quienes causen lesiones graves o maten animales de manera injustificada.


En la práctica, hasta el día de hoy en España ningún crimen practicado contra animales llevó a su culpable a prisión: como casi todos los juicios, hay muchos factores que resultan atenuantes para el cumplimiento de la sentencia.


Por supuesto esta Ley, todavía requiere de retoques, cualquier abogado “avispado” puede vapulearla y hacer que su cliente se vaya de rositas, sin tan siquiera una multa.


Luego están los amantes de los toros. ¿Van a ver el juego/ritual entre un animal y una persona o quieren sangre?


Si lo que quieren es ver sangre, les aconsejo un paseo matinal en plan tournée por los mataderos de España, así verán saciada su sed de sangre, o que vean muchas películas de romanos, donde los leones se comían a las pobres gentes indefensas en el coliseum.


Pero ya puestos a prohibir, ¿por qué no se han prohibido las barbaries como “el toro de la Vega“ este “entretenimiento” consiste en elegir un toro de unos 500 kg, que atraviese un puente y al otro lado del mismo, le esperan caballistas y peones provistos de lanzas que no pararán de castigar al animal hasta matarle.


Para la barbarie de “el toro embolao”, se selecciona un buen ejemplar de toro, preferiblemente con grandes cuernos y se le coloca sobre la cabeza un antiguo artilugio metálico de gran peso, en donde se instalan unas bolas de material inflamable a las que se les prende fuego. Para que el festejo sea más espectacular, se realiza por la noche. Los toros corren despavoridos y aterrados por el fuego en su cabeza y se golpean con todo lo que encuentran a su paso en un intento desesperado por apagar el fuego. Casi siempre sufren quemaduras en los ojos y otras partes de la cabeza al derretirse la materia encendida sobre su cuerpo, o se matan ellos mismos golpeándose una y otra vez la cabeza contra todo lo que encuentran a su paso para apagar el fuego que les hace sufrir.


En fin, que existen muchas celebraciones bárbaras que se siguen practicando a lo largo y ancho de España.


Sigo pensando que nada de prohibiciones, pero SI a las multas, SI a las sanciones que mermen las arcas municipales y por supuesto nada de subvenciones para tamañas atrocidades, ni un euro para que estos Ayuntamientos celebren estas barbaries.


Estoy convencida de que si un año tras otro se multase a los Ayuntamientos que son tan amantes de estos desagradables y sangrientos festejos, con cantidades millonarias, esos festejos dejarían de existir porque no habría “arcas” suficientes en las Casas Consistoriales para hacer frente a estos gastos.


Señores mandamases hay modos y maneras suficientes para hacer valer la Ley sin recurrir a las prohibiciones. ¿O no tuvieron bastante con 40 años de prohibiciones y falta de libertad?


Quizás, algunos de nuestros gobernantes añoran esos años de dictadura y en su fuero interno les encanta tener al pueblo sometido mediante la falta de libertad.


Pues que esperen sentados, porque si hemos aprendido la lección, en España no volveremos a ver una dictadura jamás.


N. Angulo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lectores del blog de Nieves