Anoche
nos enfadamos por una minucia, por tonterías y además por algo que realmente no
nos concernía, por terceras personas.
Anoche
no nos dimos un beso de “buenas noches”…y me duele.
Cuando
comenzamos como pareja nos prometimos evitar irnos a la cama enfurruñados y
aunque estuviésemos mosqueados, aún así, besarnos.
Esta
mañana todavía teníamos el ceño fruncido y por supuesto apenas nos hemos
dirigido la palabra.
Esta
mañana no nos hemos dado un beso…
…Y
no ha sido el último beso, porque no hubo beso.
A
las doce de la mañana han llamado a la puerta, dos hombres han preguntado por
mí y se han presentado como policías.
Inmediatamente me he puesto a temblar y me he temido lo peor.
Y
lo peor ha ocurrido. Mi amor ha fallecido…en un accidente.
Han
pasado unos meses desde su fallecimiento y en este tiempo he reflexionado y he
aprendido una lección. No me gusta esta manera de aprender lecciones, tan dura,
pero al menos, he aprendido.
…He
aprendido que nunca, y digo bien, nunca, debemos acostarnos con nuestra pareja
sin dar y recibir un beso de “buenas noches”.
…He
aprendido que nunca, y digo bien, nunca, debemos despedir a nuestra pareja en
la puerta sin un hasta luego y sin un beso de despedida…porque…
…Porque
puede ser el último beso.
Lloro
todos los días, a todas horas, a cada minuto, a cada segundo y me retuerzo de
remordimientos por no haber dado a mi pareja un beso de despedida. Por no haber
abrazado su cuerpo por la noche y no haber dado en su boca ese beso de “buenas
noches”.
Lloro
porque nuestro último día juntos fue atroz, porque nuestra última mirada estaba
llena de resentimiento…porque no nos besamos, porque no nos perdonamos, porque
no nos reímos de esos enfados tan estúpidos.
…He
aprendido que pase lo que pase, debemos besar a la persona que amamos. A la
persona que elegimos y nos eligió para caminar juntos, para formar un hogar,
una familia. Demostrarle a cada segundo, si, ya sé, un segundo es muy efímero
¿Pero no lo es la muerte también? Digo… demostrarle a cada segundo la
intensidad de nuestro amor.
…¿Y
cómo? Con gestos, con palabras, con miradas, con “toques”, pero sobre todo con
un beso…
…Porque
no sabemos si será el último beso.
Y
así, nuestra conciencia no nos jugará malas pasadas. Nuestra mala conciencia
por no habernos despedido con un beso lleno de amor, no nos impedirá conciliar
el sueño.
Siempre,
siempre, besa a tu pareja.
Siempre,
siempre, demuestra tu amor.
Siempre,
siempre besa como si fuese la última vez.
No
sabes cuando puede convertirse ese gesto…
…En
el último beso.
Nieves
Angulo
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