No entiendo un mundo donde las personas tienen un animal de
compañía, pero dejan a sus mayores en una residencia para poco a poco, espaciar
las visitas hasta finalmente olvidar su existencia.
No entiendo un mundo donde se publica en las redes sociales
fotografías de animales masacrados pero ni una sola de niños a los que obligan
a matar y portar armas desde los 6 años.
No entiendo un mundo donde se lleva a la mascota a la
peluquería y sin embargo se mira con desprecio a una persona sin techo, eso en
el supuesto de que se le mire, lo normal es ignorarlo.
No entiendo un mundo donde se anteponen las necesidades de
un animal a las de un ser humano.
No entiendo un mundo donde leo o escucho: “quiero más a mi
mascota que a las personas”.
No entiendo un mundo donde hay gente que habla con su
mascota, que por cierto, nunca le va a contestar ni rebatir, pero no dialoga
con sus semejantes.
A estas personas las diría que está bien amar a los
animales, protegerlos etcétera, pero sin despreciar ni abandonar a las
personas, es decir, a su propia especie.
A estas personas las diría que está bien llevar al perro a
la peluquería, pero que está mejor llevar un bocadillo a un indigente, o ropa o
una comida caliente y sobre todo unas palabras de aliento.
A estas personas las diría que está bien adoptar a un
animal, pero que estaría muy bien hacer un trabajo social o un voluntariado,
por ejemplo: servir y ayudar en un comedor social, leer a una persona anciana o
invidente, visitar residencias de ancianos, etcétera.
A estas personas las diría que está bien llenar las redes
sociales pidiendo ayuda para los animales, pero que estaría igual de bien
concienciar a sus contactos para pedir que no se abandonen a las criaturas que
están siendo esclavizadas sexualmente. Que no abandonen a su suerte a los niños
a los que mantienen bajo el efecto de las drogas para hacer de ellos unos
asesinos despiadados. Que llenen sus espacios virtuales pidiendo firmas para
que acabe la desnutrición infantil en el mundo.
A estas personas las diría que está bien amar a los
animales, pero nunca, nunca, más que a un ser humano por muchas decepciones o
disgustos que les hayan causado.
A estas personas las diría que si tienen una mascota porque
se sienten solos, se rodeen de otros seres humanos que también sufren de
soledad.
La vida, amigos míos,
no es fácil y hay que dialogar aunque se discrepe, aguantar críticas, enfadarse
para luego reconciliarse, esa es la vida y por supuesto solo se vive plenamente
con otras personas.
Se puede coexistir en perfecta armonía teniendo una mascota,
pero sin aislar y descuidar a tus congéneres.
Obviamente en este post no generalizo. Mis palabras van
dirigidas en exclusiva a todo aquél que se sienta agredido por estas líneas
escritas, señal de que tiene mucho en lo que pensar si se ve reflejado en mi
exposición.
Nieves Angulo ©
No hay comentarios:
Publicar un comentario